Y no dejan de bajar los pronósticos del PIB
Si algo ha sido la constante durante los primeros tres años de este gobierno ha sido la revisión a la baja en las expectativas de crecimiento económico. Pero al mismo tiempo, si algo se puede calificar como un éxito de estos tiempos es el mantenimiento y mejora de las expectativas de inflación.
Fuente: el economista.com.mx
Enrique Campos Suárez
La actual administración empezó con estimaciones de crecimiento que iban de 3.5 a 5% para el primer trienio del gobierno, todo calculado con base en las medidas de gasto público y el resultado de las reformas estructurales.
Hoy, incluso aquellos que quieren quedar muy bien con el gobierno, comparándolos favorablemente con los gobiernos panistas, no le dan más de 1.9% de crecimiento promedio para este periodo.
Hay tantos pronósticos como se pueda imaginar. Los más seguidos son los de la propia Secretaría de Hacienda y el que hace el Banco de México; ambas estimaciones han optado por un rango como para tener más posibilidades de acierto.
Otra encuesta acreditada es la que hace el Banco de México entre una treintena de expertos en economía de grupos financieros tanto mexicanos como extranjeros. El banco central no opina, simplemente agrupa y publica los resultados.
Y en esta medición ésa ha sido la constante, además con la peculiaridad de poder atender con facilidad gráfica el desempeño de cada uno de los pronósticos que hacen.
En materia de crecimiento económico, todo el 2013, el 2014 y los primeros ocho meses de este 2015 han revisado a la baja sus estimaciones de crecimiento del Producto Interno Bruto.
Así, por ejemplo, las estimaciones de este año empezaron en 4% para el cierre del año, después de un par de años fallidos. Sin embargo, el último promedio de las estimaciones está en apenas 2.34 por ciento. Y para el 2016, la previsión empezó por arriba de 4% y ya va por debajo de 3 por ciento.
Ahora, el pronóstico que sí ha mejorado de manera sustancial es el de la inflación, sobre todo este año que empezó en niveles superiores a 3.6% para todo el 2015 y ya va en 2.82%, con todo y depreciación del peso frente al dólar.
Hay un apartado que es muy atractivo en esta encuesta y que tiene que ver con las estimaciones más subjetivas de estos analistas sobre los lastres para crecer, y aquí algo pasó que repentinamente cambiaron sus puntos de vista.
Desde el primer día de este gobierno y hasta la encuesta pasada, la principal angustia era la inseguridad pública, una intranquilidad compartida con la mayoría de la población.
Pero resulta que en la encuesta previa al informe presidencial se traspasa toda la responsabilidad del crecimiento interno al exterior. La causa número uno para estos expertos es la inestabilidad financiera internacional y la segunda, la debilidad del mercado externo.
Se ve que pegó en el ánimo de los que contestan el cuestionario el lunes negro de la semana pasada, porque justamente ese día el banco central les hizo llegar la encuesta.
El tercer lugar ya lo ubican como un asunto local: la baja en la producción de petróleo, y hasta el cuarto nivel pusieron la inseguridad. Ésa que hasta hace un mes era su principal causa, con 23% de las preocupaciones, ahora ya sólo pesa 9 por ciento.
Entonces, menos crecimiento, pero todo por culpa del exterior.