Tres síntomas de la crisis que viene

Fuente:lajornada.unam.mx

Enrique Galván Ochoa

 

 


En un país donde la gente tuviera mayor preparación y mejor condición económica, la partidocracia en el gobierno –PRI, PRD, PAN y Verde– recibiría una derrota electoral apabullante el próximo domingo. Sin embargo, la partidocracia se ha encargado de empobrecerla y de mantenerla sin educación, a fin de comprarle su voto barato. Una tele, una tarjeta de banco, etcétera. En dos años y meses desde el retorno del PRI al gobierno –cohabitando con los otros tres partidos– la situación económica pinta muy mal. El informe sobre las finanzas públicas al mes de abril que dio a conocer el fin de semana la Secretaría de Hacienda presenta un panorama desastroso. Para empezar, los ingresos petroleros disminuyeron a casi la mitad, 43.7 por ciento con respecto de 2014, y quedaron en 233.6 mil millones de pesos. Dice Hacienda que «este resultado se explica por el menor precio promedio de exportación de la mezcla de petróleo», que actualmente es de 46.9 dólares por barril, y el año pasado era de 92.3. Añade que se trata de un fenómeno temporal: «El menor nivel de los ingresos petroleros no incluyen los beneficios de las coberturas que se recibirán en diciembre de este año». Se refiere al seguro. Por supuesto, el gobierno no es responsable del desplome, pero sí de haber dilapidado el caudal de dólares que entró en los años recientes de prosperidad. Países como Noruega, en cambio, constituyeron fondos de ahorro para los malos tiempos. Aquí en México una buena parte se fue en financiar la corrupción.

¿Y el déficit cero?

El déficit público, que el año pasado fue de 37.2 mil millones de pesos, se salió de control, y hoy es de 121.6 mil millones de pesos. ¿Por qué digo que se salió de control? Luis Videgaray había dicho que sería de cero. ¡Vaya puntería!

La pavorosa deuda

Por otra parte, la deuda pública total –llamada por los tecnócratas con el pomposo nombre de «requerimientos financieros del sector público mexicano»– ha aumentado en casi dos billones de pesos desde el inicio del sexenio. En diciembre de 2012, cuando entró Enrique Peña Nieto, el saldo total era de 5 billones 890 mil 512 millones de pesos, pero no han dejado de endeudarse, y hoy es de 7 billones 687 mil 500 millones. Sin embargo, Hacienda dice que estos resultados «son congruentes con las metas aprobadas por el H. Congreso de la Unión para 2015», cualquier cosa que eso signifique. ¿Tendremos crisis financiera al final del sexenio? Estos elementos apuntan en esa dirección, de ahí la fuga de capitales sin freno. Y el dólar que no baja de 15 pesos y fracción.

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