Subcampeón en desigualdad
Fuente: Reporte Índigo.
La OCDE señala a México como el segundo país entre sus miembros con menor igualdad. Destaca que la crisis global tuvo un efecto adverso de mayor magnitud en la población de menores ingresos.
POR ALEJANDRO DABDOUB, RODRIGO CARBAJAL
Viernes 2 de mayo de 2014
El desempeño de México frente a la última crisis global en términos de desigualdad y política social es considerado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) como uno de los peores dentro de sus países miembro.
Un reporte de la OCDE que evalúa los efectos de la última recesión en la distribución del ingreso sitúa a México como un líder en desigualdad, únicamente detrás de su único similar latinoamericano, Chile.
El indicador más común para medir la desigualdad de ingreso es el coeficiente de Gini, un parámetro que va de cero a uno, donde cero significa igualdad de ingreso perfecta y uno significa que una sola persona acumula todo el ingreso de un país.
México posee un coeficiente de Gini de 0.46, un número relativamente alto comparado con el 0.25 de Islandia y el 0.31 que representa la media de la OCDE.
El coeficiente de Gini no es el único indicador que refleja la fuerte desigualdad del ingreso en México.
Si se realiza un promedio entre el primer decil de la población en términos de ingreso y el último decil, el país presenta la brecha más grande entre los países miembros de la OCDE.
Mientras que Dinamarca registra una razón de 5 a 1 y el promedio de la OCDE es de 10 a 1, en México el radio es de 29 a 1.
Tras la crisis, el ingreso disponible del decil más pobre de la población se ha reducido a un ritmo de más de 5 por ciento anual, según estimaciones del reporte.
La OCDE atribuye parte del crecimiento de la desigualdad a los altos niveles de desempleo y al decremento de los salarios reales.
Este efecto es descrito como particularmente alto en el caso de México, ya que se sufrió una caída anual de 5 por ciento en el ingreso que es producto del empleo.
Asimismo, el organismo destaca que el ingreso del autoempleo en el país también sufrió una caída significativa.
El uso de los impuestos y las transferencias como instrumentos de política fueron fundamentales para mitigar los efectos adversos de la recesión, según el análisis de la OCDE.
Sin embargo, México fue la excepción. Mientras que en los países más afectados por la crisis se vieron los incrementos más altos en la contribución del aumento en transferencias al ingreso disponible, este no fue el caso de México.
Aplausos del Banco Mundial
A pesar de todavía tener serios problemas de desigualdad, Latinoamérica registra el mejor récord en reducción de pobreza per cápita.
De acuerdo con datos del Banco Mundial publicados el mes pasado, en los últimos diez años más de 70 millones de latinoamericanos salieron de la pobreza.
Esto representa un incremento histórico de la clase media aún y cuando la región sigue teniendo una de las tasas más altas de desigualdad en el mundo.
En comparación con Asia, su principal punto de referencia, el Banco Mundial afirma que los logros latinos son más importantes.
Por ejemplo, mientras que en el Este del continente asiático el nivel de pobreza pasó del 77 por ciento en 1981 al 12 por ciento en el 2010, en América Latina esa tasa era mucho más baja y cayó más a un 5 por ciento en el 2010.
El crecimiento acelerado en Asia, lidereado por China, ha sido motivo de envidia para todas las naciones emergentes de Latinoamérica.
Sin embargo, hoy en día hay quienes elogian las políticas de redistribución de riqueza latinas por encima del rápido crecimiento.
El Banco Asiático de Desarrollo (ADB por sus siglas en inglés) ha mostrado su preocupación por la creciente desigualdad.
La principal preocupación es que la desigualdad pueda conducir a una inestabilidad social como ha ocurrido en Tailandia, lo que significaría un menor crecimiento económico.
En promedio, los países en América Latina gastan 12 por ciento del PIB en programas de protección social, el doble que en Asia, afirma el ADB.
Desigualdad creciente
La desigualdad se ha convertido en uno de los temas más desafiantes para los gobiernos del mundo en los últimos 30 años.
La OCDE señala que desde mediados de los 80 la desigualdad medida en términos del índice de Gini se ha incrementado alrededor de un diez por ciento.
La OCDE señala que sus países miembro enfrentaron la última crisis financiera global con los más altos niveles de desigualdad desde que el organismo comenzó a medir esta variable.
La recesión del 2008 agravó la diferencia de ingreso entre los más pobre y los más ricos.
El informe de la OCDE apunta que, descontando los efectos de la política de transferencias e impuestos del estado del bienestar, la desigualdad creció más en el lapso del 2007-2010 de lo que había crecido en los pasados 12 años.