Editorial| Reporte Económico
Fuente: La Jornada
Por David Márquez Ayala
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía presentó el pasado 30 de julio su primera medición del valor agregado bruto que genera la economía informal y su contribución al PIB del país.
Siguiendo los criterios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de Naciones Unidas, la medición divide a la ocupación del país en Economía Formal (empleos con seguridad social y prestaciones) y Economía Informal, subdividiendo ésta última en Sector Informal (unidades económicas micro, de los hogares, no registradas y sin prestaciones), y en Otras informalidades (que incluye a la agricultura de subsistencia, servicio doméstico remunerado, y todas las modalidades de trabajo que – aun estando ligado a unidades económicas registradas o formales – se desempeñan bajo condiciones de desprotección laboral y social.
PIB y ocupación
En 2012, ultimo año de la medición, el 75% del PIB fue generado por la Economía Formal (el 40.2% de la población ocupada, 19.7 millones de personas), y el 25% restante por la Economía Informal (el 59.8% de la población ocupada, 29.4 millones de personas) (Gráfico 1).
Según el INEGI, en el período 2004-12 el PIB creció a una tasa promedio de 2.76% anual, mientras que la Economía Informal creció a 2.23% (2.09 el Sector Informal y 2.32 el segmento de otras informalidades).
Productividad
Midiendo la productividad anual por puesto de trabajo como el PIB generado por puesto formal e informal, se tiene que para el período 2003-2012 la Economía Formal generó en promedio 387 mil 355 pesos (a precios 2008) anuales por puesto ocupado, mientras que la Economía Informal generó 118 mil 523 pesos por puesto ocupado (Gráfico 2); esto es, la productividad de la Economía Formal más que triplica la productividad de la Economía Informal.
De ésta última, el Sector Informal generó 112 mil 500 pesos (de 2008) promedio anual, y Otras modalidades 123 mil pesos anuales (Gráfico 3).
Ec informal y valor agregado
Del valor agregado bruto aportado por sectores de la Economía Informal en 2012, el generado en el comercio representó el 32.5%, el de industrias manufactureras 16.5, actividades agropecuarias 12.5, transportes y almacenamiento 8.1, servicios personales 6.4, y en la construcción 4.8% (Gráfico 4).
En el período 2003-12, la Economía Informal aportó en promedio 26.0% del valor agregado total. De este porcentaje, el Sector Informal aportó 11.1% y el de otras informalidades 14.9 (Gráfico 5).
La participación en el valor agregado total de las remuneraciones a asalariados continúa su lenta pero consistente disminución: en 2003 era el 31.7% del VAB y en 2012 el 27.9% (Gráfico 6). Las remuneraciones a los asalariados de la Economía Informal disminuyeron más aún pues de representar el 25.6% de las remuneraciones en 2003, bajaron al 23.4% en 2012.
Como contrapartida, el excedente bruto de operación (la ganancia de las empresas) aumentó del 67.6% del valor agregado en 2003 al 71.5% en 2012.
Analizar la economía informal es analizar el desastre de la ocupación y el empleo en México. Pese al discurso, este problema toral de México – desempleo, subempleo, informalidad – lejos de encaminarse a una solución año con año se agrava sustancialmente.
Pensar que se puede poner en la misma cancha a competir en «igualdad» a las grandes corporaciones y a las micro y pequeñas unidades productivas es, liza y llanamente, condenar a éstas a muerte. Eso hace el modelo neoliberal en síntesis; y por eso, mientras florece una élite corporativa las sociedades del mundo se hunden en el desempleo, los desahucios, las pérdidas salariales, una cada vez más mermada seguridad social, y las emigraciones. Obvio es que vamos por un camino equivocado.
Desde luego que ni al gobierno ni al capital que dirige al país le interesa en lo más mínimo a dónde van 600 o 700 mil jóvenes que cada año no encuentran empleo, o cómo subsisten el 60% de las familias mexicanas. A nosotros sí debería de importarnos y preocuparnos.