Refugio en el autismo
(Fuente: El Norte, diciembre 14, 2007)
Fernando Turner
Ante una inminente disminución del crecimiento económico norteamericano con el consiguiente efecto recesivo en México, las autoridades económicas nacionales se refugian en el autismo.
Sólo enfocan las limitadas variables que para ellos son la única realidad existente: superávit en finanzas públicas mediante mayores impuestos y cargas de los monopolios estatales y baja inflación sobrevaluando el peso, con lo que se reducen los precios de los bienes sujetos a competencia, mientras los oligopolios y monopolios los aumentan.
¿Creación de empleos? Mediante el control de las variables mencionadas, los empresarios finalmente entenderán, y a pesar de que los precios de sus productos bajan y los de los monopolios suben y de una permanente política de cargarles las ineficiencias de las paraestatales y del Gobierno, sacarán su lanita y la invertirán.
¿Energía competitiva? No se puede porque Pemex y CFE son ineficientes y hay que cargar el exceso al usuario y evitar un déficit gubernamental. Porque se nos están acabando las reservas ya que el Gobierno gasta las enormes utilidades de Pemex y CFE en gasto corriente. No se puede porque al monopolio petrolero no le conviene importar gas barato, pues implicaría rebajar el propio, que es el 85 por ciento del total consumido, y se afectaría el erario.
¿Eficientar Pemex y CFE? No se puede porque hay que mantener la paz sindical y porque finalmente las ineficiencias las paga el consumidor. ¿Eliminar oligopolios privados? No se puede. ¿Cómo quieren que se ataque a quienes financiaron las campañas políticas de los ganadores? ¿Ir en contra de los prohombres que engalanan las giras presidenciales, las cenas de Estado, que dirigen las principales universidades privadas, las más importantes organizaciones benéficas, los medios de comunicación, manejan las cúpulas empresariales y controlan a la chiquillada? ¿Están locos? ¿Bajar impuestos? A quién se le ocurre.
Eso sólo lo hacen los gringos cuando quieren generar crecimiento y empleo, pero por eso están endeudados hasta la coronilla y su bienestar económico es irreal e insostenible. ¿Queremos en México ese bienestar de mentiritas? Todos sabemos que en México nadie paga impuestos y que el 25 por ciento del PIB que capta el Gobierno lo pagan las golondrinas o el petróleo. Para sostener el gasto corriente, a los políticos, paraestatales, sindicatos del gobierno y pensiones de burócratas necesita el Gobierno más dinero nuestro, sin importar que otros países crezcan más porque evitan gravar en exceso a inversionistas, trabajadores y consumidores.
¿Bajar intereses? ¡No faltaba más! Hay que aumentarlos para bajar la inflación. Los gringos los bajan, puesto que privilegian el crecimiento y tienen la inflación controlada porque no tienen monopolios y oligopolios como nosotros. Debemos seguir apreciando el peso aumentando los diferenciales con el exterior, para que las importaciones sean más baratas y con ello controlar el precio a los productores abusivos (¿ilusos?) que todavía persisten en los sectores sujetos a competencia.
¡Que sean eficientes y aguanten la sobrevaluación del peso, altos intereses y monopolios! Si con eso no invierten, dicen, es porque los mexicanos somos estructuralmente estúpidos y no merecemos el Gobierno y los economistas que tenemos. No se hagan bolas, si queremos afrontar la inminente crisis y apoyar el empleo, hay que cambiar de casete y crear urgentemente las condiciones para que invertir sea negocio, no sólo para los consentidos, sino para miles de mexicanos que quieren progresar y cuya creatividad y energía están atadas por la estupidez de las políticas económicas, por privilegiar al Gobierno y por los monopolios.
El autor es editorialista invitado y presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes, A.C.