Recuperación condicionada
Fuente: Reporte Índigo
Por Rodrigo Carbajal
Deborah Riner, economista en jefe de la American Chamber of Commerce, asegura a Reporte Indigo que la recuperación de la economía mexicana depende de factores como la adaptación a las reformas estructurales.
La economía mexicana se encuentra en punto de inflexión, donde la recuperación está condicionada a factores como el desempeño económico de Estados Unidos y la reacción de los inversionistas y consumidores al impacto de las reformas estructurales.
Esta es la perspectiva de la American Chamber of Commerce (ACC), una institución de más de 90 años que busca promover el comercio y la inversión entre México y Estados Unidos.
La doctora Deborah Riner, economista en jefe de la ACC, comparte su opinión con Reporte Indigo respecto de la economía nacional, en particular sobre la decisión del Gobierno mexicano de abandonar su política inicial de cero déficit para financiar un aumento en el gasto público.
El Producto Interno Bruto creció apenas 1.1 por ciento en el 2013. La respuesta del gabinete económico del ejecutivo federal fue ejecutar un gasto contracíclico que estimulara la demanda agregada.
La ACC prevé que el efecto del gasto se concretará en la economía en función de la rapidez con la cual se logre aumentar la inversión pública. En los estímulos de corto plazo, la magnitud hace la diferencia.
“La Secretaría de Hacienda considera que esto tendrá un impacto muy rápido y muy fuerte. Yo soy menos optimista al respecto. Sí tendrá impacto, pero ni tan inmediato, ni tan fuerte. Me encantaría equivocarme”, expresa Riner.
Al cuestionar a la economista en jefe de la ACC respecto de los riesgos de la economía mexicana, explica que hay dos factores clave que van a determinar el rumbo de la economía: las reformas estructurales y la situación de la economía global, especialmente la de Estados Unidos, que se está recuperando, pero no tendrá un buen año.
Riner asegura que, con excepción de la reforma fiscal, el resto de las reformas tendrán un impacto positivo en la economía mexicana.
La magnitud del efecto reformatorio dependerá de la legislación de las leyes secundarias, las regulaciones, la implementación y el tiempo que llevará todo el proceso.
Un camino difícil
La prioridad del Gobierno mexicano se ha centrado en la aprobación de las reformas. Desde la perspectiva oficial, el objetivo de estas es cambiar la estructura económica del país con el fin de que pueda crecer a tasas anuales de 5 por ciento en el futuro.
En este sentido, la ACC considera la meta del 5 por ciento como realista, pero advierte que está condicionada por la forma final que tome todo el proceso de reforma y la rapidez con la que los agentes económicos reaccionarán a esta nueva coyuntura.
“Hay que partir de la premisa de que ninguna reforma es ideal, hay que buscar algo con lo que puedan convivir todos los afectados: la reforma factible y posible.
“El camino del reformador es el más difícil porque afecta intereses por un lado y no va demasiado lejos para aquellos que buscan un cambio profundo”, explica la economista.
Riner ubica en todo momento a la reforma fiscal como un tipo de reforma diferente, de una naturaleza que difiere del resto del paquete de cambios estructurales.
En su opinión, la miscelánea fiscal explica en gran medida el pobre desempeño económico de la primera parte del 2014. Los inversionistas y consumidores reaccionaron de manera inmediata a los cambios impositivos de este año.
Considera que el resto de las reformas apuntan al largo plazo.
“Creo que algo que hemos aprendido del año pasado es que las reformas tardan en hacer ver su magia. En la reforma educativa es muy fácil de verlo, esa es una reforma generacional. Otras reformas no tienen un plazo tan largo, pero tardan en reflejar su efecto positivo en la economía”, señala.
Para finalizar, la doctora Riner plantea que el Estado de Derecho y la certidumbre jurídica son esenciales para el crecimiento. Considera que México es un muy buen lugar para invertir, lo que se ve reflejado en las relativamente altas cifras de inversión extranjera directa.
“Si los inversionistas votaran con sus bolsillos, estarían votando a favor de México”