Pemex para extranjeros
Fuente: Reporte Índigo.
POR RAMÓN ALBERTO GARZA – Miércoles 27 de noviembre de 2013
Una vez más insistimos. ¿De quién es el negocio llamado Pemex? Porque en el recuento de los daños, los últimos que somos dueños del crudo mexicano somos los mexicanos.
Acabamos de conocer que Pemex Internacional (PMI) firmó un contrato de inversión para la compra del 51 por ciento del astillero español Hijos de J. Barreras, S.A.
Fundado en 1892, Astillero Barreras es un constructor de grandes buques que opera en Galicia, concretamente en la ciudad de Vigo, uno de los enclaves favoritos de mexicanos poderosos como los Vázquez Raña, los Mouriño y los Slim.
De qué tamaño sería la operación para que al evento de la firma de la adquisición del astillero por parte de la filial de Pemex, asistiera el ministro de Economía e Industria de Galicia, Francisco Conde López.
Pero esta no es la primera operación de los mexicanos con los españoles. Ya Pemex tenía contratos con Astilleros Barreras y con el astillero público Navantia, para contratar dos floteles –hoteles flotantes– para dar servicio de alimentación y hotelería en buques y plataformas.
Y todo luce como un excelente negocio a no ser porque siendo Pemex el motor de la economía nacional, la pregunta obligada es ¿por qué vamos y compramos astilleros españoles, para que sean españoles los que construyan los barcos en los que se transportará el petróleo que nos dicen es “de todos los mexicanos”?
¿Qué acaso no existe voluntad para dar un nuevo impulso a la construcción naval en México, habilitando astilleros en donde se le dé empleo a miles de trabajadores mexicanos hoy desocupados?
Una vez más insistimos. ¿De quién es el negocio llamado Pemex?
Porque en el recuento de los daños, los últimos que somos dueños del crudo mexicano somos los mexicanos.
Los exploradores y perforadores son las norteamericanas Bechtel, Schlumberger y Halliburton.
Los colocadores del crudo son brokers internacionales –ingleses, americanos, holandeses y españoles– operados a través de PMI.
Los buques que lo transportan son hoy en su mayoría de extranjeros con banderas panameñas. Y los que vienen serán construidos por los españoles de Astillero Barreras.
Las gasolinas se refinan en Texas y las pipas que las traen a México son negocio particular de dos o tres familias de políticos.
Vamos pidiéndole cuentas a quienes administran hoy a Pemex. Que nos den el detalle de qué porcentaje de los contratos de cada rubro –exploración, perforación, transporte, venta y refinación– es manejado por nacionales y cuál por extranjeros.
Sin duda nos llevaremos una sorpresa para acabar de concluir que el botín del oro negro ya está repartido entre unos cuantos. Y es entre los mismos.
Mentira que busquen cuidar “el petróleo de todos los mexicanos”. Lo sienten suyo y lo operan como suyo. Y por eso en sus negocios eligen extranjeros.