Paquete económico: ¿sorpresa o más de lo mismo?
El año pasado no hicieron caso sobre la advertencia del petróleo barato.
Fuente: eleconomista.com.mx
Por Enrique Campos
Pues muy bien, llegó el momento esta semana de saber a qué se refiere el presidente Peña Nieto cuando habla de responsabilidad fiscal, estabilidad macroeconómica y ser prudentes con las cuentas nacionales.
De acuerdo con la ley de responsabilidad hacendaria, el Poder Ejecutivo tiene hasta mañana para presentar su propuesta de paquete económico que incluye la manera de obtener recursos y la forma de gastarlos.
El país llega a la cita interna de discutir entre los poderes Ejecutivo y Legislativo el paquete económico en momentos de enorme turbulencia y una preocupación agravada sobre el comportamiento económico del mundo.
Hace un año, la negación fue la constante en las discusiones presupuestales, a pesar de que los analistas le dijeron al gobierno federal y a los legisladores que ahí venía el lobo de la baja en los precios del petróleo, producto de la sobreoferta y la baja demanda.
Pero no hicieron caso, los compromisos políticos presupuestales necesitaban de un petróleo calculado en 79 dólares por barril y así lo hicieron. El resultado fue que tan pronto como entró en vigor el ejercicio del gasto público de este año, se tuvo que recortar el presupuesto.
Entonces, si para este año aprendieron la lección desde la Secretaría de Hacienda deberían proponer un precio del petróleo realista; no hay que olvidar que Hacienda propuso a estas alturas del año pasado 82 dólares, que también hay que decir que en septiembre del año pasado eran riesgosos pero lógicos.
Ya sabemos que desde Palacio Nacional no recetarán nuevos impuestos o modificaciones a las tasas actuales, tal como se comprometieron en su pacto de no agresión fiscal tras el paquetazo en vigor desde el 2014.
Eso no implica que no se pudieran proponer cambios en materia de impuestos. Si los hay, serán para beneficiar a algunos sectores de entre los más afectados por la reforma fiscal vigente desde el año pasado.
La responsabilidad fiscal que promete constantemente el Poder Ejecutivo, y que el presidente mismo lo refrendó en su pasado mensaje político del Informe de Gobierno, debe incluir una tendencia al equilibrio fiscal, que hoy está roto.
El déficit público está cercano a 4%, midiéndolo como se debe con los requerimientos de Pemex y la CFE. No parecería prudente apretar tanto el gasto como para regresar durante el 2016 al equilibrio, pero sí un esfuerzo para reducir sustancialmente el saldo negativo.
Todo el peso, la sorpresa esperada, la gran noticia estará por el lado del gasto. Hay que ver de qué tamaño fue la remodelación presupuestal a través de la base cero
Hay la esperanza de que estemos en la antesala de una reforma estructural más: la de la manera de gastar por parte del Estado.
Podría el gobierno federal sorprendernos con una obra de arte de las finanzas públicas o bien con una enorme capa de maquillaje —a nivel payaso— en el gasto público de siempre para presentarlo como la gran novedad.
Sólo hay que esperar unas horas para poder responder todas estas preguntas presupuestales.