Opinión Invitada / Fernando Turner: Candidaturas independientes y más
Fuente: El Norte.
Es evidente el desprestigio de los políticos en México y en Nuevo León, deshonor ganado a pulso por su notorio y generalizado mal actuar.
Este nefasto patrón se ha agudizado en los últimos años, al igual que la desesperación e impotencia de los ciudadanos.
Con un descaro en progresión, los políticos ni se inmutan ante la exhibición diaria de sus robos, corruptelas, transas y despilfarros. Su actuar y el de sus correligionarios les impide concebir acciones que eviten esa «pena pública» que desanima a la sociedad y corroe la moral pública.
Como si se imaginaran en un ejercicio eterno de inmunidad, privilegios y componendas, se oponen activamente a medidas que pudieran orientar a la sociedad a mejorar. Actúan en su propio beneficio y planeando asegurarse la protección interesada de los alfiles que los sucederán.
Debido a la responsabilidad primaria que ellos tienen en ejemplificar las virtudes ciudadanas, a su actuación bizarra se debe la falta de Estado de derecho que ellos mismos claman cuando les es conveniente y lucidor. Un Estado de derecho inexistente que se afanan en mantener, evitando afectar el statu quo que les permite enriquecerse y perpetuarse en vivir del erario y en el disfrute del dinero de los demás.
Una medida que pudiera permitir avanzar en desmantelar este estado de cosas es permitir competir para puestos de elección popular a candidatos libres de las actuales mafias partidistas, posibilidad que ya se ha abierto a nivel federal por los cambios aprobados en la Constitución, que otorgan al ciudadano este derecho.
Siendo fieles a su pésimo actuar, los líderes de los partidos mayoritarios en la Legislatura de Nuevo León han manifestado su falta de disposición para adecuar las leyes electorales locales a lo que dispone la reciente modificación constitucional federal y que, además, es un claro y fuerte reclamo de respetables organizaciones ciudadanas que luchan por lograr este derecho en nuestro Estado.
Sin considerar contradictorio que aprobaron reformas importantísimas a la Constitución federal de la noche a la mañana por instrucciones de sus liderazgos partidistas y del Ejecutivo federal, ahora dicen, con cinismo, que no pueden realizar «milagros» en una ley más sencilla y de alcances familiares a su función política.
Le dicen a una ciudadanía que consideran idiota que su capacidad es mayor en la evaluación de la reforma energética que realizaron en «fast track», que en la de los procedimientos electorales.
Para los Diputados locales, en su pequeñez, es preferente evitar un daño a las posibilidades electorales de sus desprestigiados partidos, que construir el futuro con grandeza de miras y generosidad de propósitos.
Se pueden poner de acuerdo en una noche sobre lo que les ordenan sus jefes partidistas y líderes políticos, porque son los que reparten prebendas y privilegios, pero no pueden legislar en varios meses una ley, de la cual hay ejemplos en otros Estados, porque se los ordenan los simples ciudadanos a los que están acostumbrados no sólo a ignorar, sino a despreciar.
Queremos una Legislatura que esté al nivel de Nuevo León y que los Diputados legislen no solamente por permitir las candidaturas independientes, sino también para remover otros obstáculos importantes en el ejercicio democrático: el robo descarado de recursos públicos para financiar campañas y comprar votos, y el evidente gasto excesivo en las elecciones que hace imposible competir equitativamente, delito que todos los candidatos y partidos cometen ante la cómplice ineficacia formalista de los órganos encargados de vigilar; el uso desvergonzado de medios públicos para promoverse y muchas más exhibiciones del poco valor ético y moral en el que operan impunemente funcionarios, legisladores, jueces, tribunales y partidos.
Queremos verdadera democracia ya. Queremos honradez ya. Queremos verdadera transparencia ya. Queremos resultados ya. Ya no se deshonren más.
El autor es presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes.
ftd@katcon.com
Imagen tomada de Sociedad Organizada Libre.
