Mipymes al borde de la quiebra: los bancos, «ni sensibles ni solidarios»
Los banqueros no han reestructurado el grueso de las deudas ni han reducido las tasas de interés. Los afectados no son las grandes compañías, sino los pequeños y medianos empresarios.
Cuando los estragos derivados de la crisis sanitaria pusieron en jaque a empresas y deudores, el Banco de México abrió una línea para refinanciar préstamos por hasta 750 mil millones de pesos. El objetivo era evitar la quiebra de empresas, pero los banqueros, lejos de sumarse a ese programa emergente, no han reestructurado el grueso de las deudas ni han reducido las tasas de interés. Los afectados no son las grandes compañías, sino los pequeños y medianos empresarios.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Aunque los banqueros han buscado por todos los medios acercarse a la administración de Andrés Manuel López Obrador, los efectos de la pandemia los están alejando de la “solidaridad y sensibilidad” frente a sus clientes que les han pedido el gobierno de la Cuarta Transformación y el Banco de México (Banxico).
Hasta ahora, la banca sólo ha reestructurado créditos por 75 mil millones de pesos, pese a que el banco central abrió, por primera vez, una línea de facilidades para refinanciar préstamos por hasta 750 mil millones de pesos. El crédito, además, no fluye hacia la economía y los bancos mantienen sus elevadas tasas de interés en préstamos vigentes, lo que complica a las empresas cumplir con el pago de sus financiamientos en medio de la pandemia.
“La disminución en el crédito es particularmente preocupante para las empresas de menor tamaño, el cual cayó en julio 5.4% a tasa anual”, establece el Banco de México, que desde abril alertó sobre la necesidad de garantizar recursos para la reactivación luego del confinamiento.
La economía mexicana enfrenta su crisis más profunda desde 1932 y, por ello, Banxico –dice Alfredo Huerta, analista y asesor de portafolios de inversión– asumió el reto de poner a disposición de los bancos recursos para reestructurar financiamientos con problemas y ofrecer tasas de mercado con niveles históricamente bajos luego de un año de ajustes.
Por primera vez Banxico actuó como lo hacen otros bancos centrales, según el analista.
Banxico ha optado por aportar hasta 3% del PIB para garantizar la liquidez a los bancos y la reestructura de créditos, pero no ha tenido éxito.
Frente a la necesidad de aplicar reestructuras de carteras con problemas de pago, la banca comercial se niega a incurrir –dicen los banqueros– en mayores riesgos a pesar de que sus ganancias por comisiones, intermediación crediticia y servicios aumentaron aun en medio de la crisis. La fortaleza de la banca es evidente. El promedio de capitalización de la banca se ubica en 16.5%, más del doble de la fortaleza y solidez que se exige a la banca a nivel global. El requisito mínimo de capitalización es de 10.5%. Además, las instituciones crediticias siguen obteniendo ganancias con tasas de interés altas.
El negocio y los activos de la banca comercial en México se concentran, además, en sólo siete bancos, que exigen garantías a Banxico hasta por 90% de los financiamientos refinanciados de sus propios portafolios de préstamos que, en teoría, fueron evaluados estrictamente por sus comités de crédito.
Según Huerta, esos siete bancos no tienen problema de solvencia o capitalización. Sin embargo, destaca la posibilidad de que el próximo año los bancos nacionales pequeños y medianos enfrenten problemas de liquidez si no se apoya a las compañías a las que han otorgado financiamientos.
El problema, dice, es que si los bancos abren ahora el crédito y aceptan los recursos que ofrece Banxico para las reestructuras sin las suficientes garantías, podrían generar un riesgo sistémico. “Sería necesario que el Banco de México observe qué están haciendo Nafin y Bancomext en el terreno de las garantías”, apunta.