México requiere un «champion» de crecimiento
En México no hemos sido capaces de desarrollar una estrategia integral orientada a lograr una sustitución competitiva de importaciones.
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Sin duda alguna, durante las últimas tres administraciones la Secretaría de Hacienda y el Banco de México han desempeñado un papel central en el mantenimiento de la estabilidad económica.
Cuando uno compara la situación de nuestro país tras la Gran Crisis del 2008 frente al desempeño de otras economías, ciertamente hay mucho de lo cual podemos estar orgullosos.
No obstante, si se considera la magnitud de la contracción de nuestra economía durante dicho periodo los motivos de orgullo comienzan a desdibujarse, ya que si bien estamos recuperándonos más rápido que otros, lo cierto es que muy pocas economías sufrieron una caída tan aguda como la nuestra.
De cualquier forma, eso es positivo y hay que tenerlo en cuenta. Sin embargo, lo anterior nos lleva a insistir en la necesidad de que así como tenemos en la SHCP y Banxico dos entidades públicas dedicadas a garantizar la estabilidad de las variables macro, necesitamos urgentemente un Champion del crecimiento económico, porque la estabilidad per se está claro que no nos va a resolver el déficit que venimos acumulando en materia de crecimiento y generación de empleos.
En teoría, la Secretaría de Economía tendría que ser este Champion del crecimiento; no obstante, desde que dejó de ser la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial bajo el paradigma de que la mejor política industrial es la que no existe, la verdad es que se perdió el rumbo y la SE se convirtió en un Champion, pero de la reducción unilateral de aranceles y, en el mejor de los casos, de la firma de tratados comerciales bajo el supuesto que así se garantizarían mayores exportaciones y mayor crecimiento.
La historia ya la conocemos: ciertamente el sector exportador ha crecido pero lo único que está pasando es que, hoy, México importa sus exportaciones debido a que no hemos sido capaces de desarrollar una estrategia integral orientada a lograr una sustitución competitiva de importaciones.
Exportamos mucho, pero importamos mucho, y eso no sirve; o no lo suficiente para un país en el cual año con año se incorpora más de un millón de jóvenes al mercado laboral.
Aunque parezca una verdad de Perogrullo, para poder crecer necesitamos querer crecer, y aunque parezca increíble, hoy no se ve que las medidas de política pública y los factores de producción estén bien alineados hacia el objetivo.
Un ejemplo muy claro: ¿Cómo es posible que si el sector exportador, con todo y sus limitaciones, es uno de los escasos motores que están impulsando el poquito crecimiento que tenemos, no contemos con una política monetaria ad hoc?
El peso se ha venido revaluando fuerte por la entrada masiva de capitales –principalmente especulativos- ocasionando que las pocas ganancias en productividad que logra la economía en los enclaves altamente exportadores se diluyan rápidamente, y a nadie parece importarle más que a los turistas mexicanos que hoy pueden viajar en mejores condiciones.
Si a esto sumamos la desregulación unilateral de aranceles y la apertura indiscriminada que da ventaja dentro de nuestro mercado a los productores de países con los que NO tenemos tratados comerciales, entonces el resultado es que perdemos mercado afuera y adentro y la economía no crece.
La revaluación de la moneda, el aumento dramático al costo del gas, las altísimas tarifas eléctricas que paga la industria, el impuesto sobre nómina y el aumento de las cuotas del IMSS; combinadas con una apertura comercial a ultranza no es una combinación que conduzca al crecimiento ni aquí ni en China. De eso no hay duda.
Si queremos que la economía crezca tiene que haber coherencia entre la política macro y la micro. Y para ello tiene que haber un Champion del crecimiento que tenga la sensibilidad y capacidad crítica para entender esta realidad y ser capaz de alinear todos los esfuerzos hacia el objetivo de crecimiento.
Así lo han hecho los países que lo han logrado.
Política monetaria, política de financiamiento al desarrollo, política de inversiones que busque atraer capital y desarrollo tecnológico… política y más política, pero de la buena, de la que busca conjuntar esfuerzos, trabajar en equipo, remover obstáculos, buscar el equilibrio y privilegiar el pragmatismo frente al dogmatismo.
Sí es posible, pero esto no se va a lograr con pura estabilidad macro o con la agenda de reformas del Pacto por México.
La misma OCDE lo ha dicho. Si las reformas se logran nos darán 1% más de crecimiento, pero eso no alcanza. Se requiere mucho más. Se requiere querer crecer.
Juan Antonio Reboulen
Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, IDIC