Los responsables y la solución
(Fuente: El Norte, agosto 18 2009)
Fernando Turner
Los responsables del estancamiento económico de los últimos 25 años son los tecnócratas, junto a los políticos que los han convertido en zares de la dirección económica.
Los tecnócratas no saben cómo acelerar la economía y menos cómo mantenerla con alto dinamismo. No saben ni siquiera cómo estabilizarla permanentemente. Las crisis los sorprende sin saber qué hacer. Sin estrategias. Atrapados en el dogma.
Sus políticas macroeconómicas están equivocadas y son la causa de la crónica baja inversión, que causa el desempleo y la pobreza. De que nuestro gran país se haya convertido en una fábrica de pobres y emigrados. De que sólo se hable de derrotas, pérdida de competitividad, desempleo, inseguridad y pobreza. De que no se logre reencontrar el dinamismo que tuvo por 30 años cuando la economía se manejaba con prudencia y sentido común y se orientaba al crecimiento.
Los que claman irreflexivamente por "Las Reformas Estructurales Necesarias" -cliché desgastado y monótono- no están más que rezando un credo sin razonar lo que dicen. Su agenda no es la correcta, pues no se les ocurre cuestionar lo obvio: las políticas monetaria, cambiaria y fiscal, y la protección a los monopolios y oligopolios.
El País no ha crecido porque se ha liberalizado la economía al exterior manteniéndola cerrada en el interior tolerando los monopolios gubernamentales y los oligopolios privados. Porque protegidos cargan altos precios que impiden competir al sector productivo y causan inflación.
No ha crecido porque se pretende acabar con la inflación generada por el mismo Gobierno con los precios de sus monopolios e impuestos indirectos, restringiendo el circulante, aumentando tasas de interés y encareciendo el dinero, lo que termina de cerrar la pinza que inhibe la inversión privada. Aun en medio de la peor recesión de las últimas décadas, cuando se desploma la demanda, ¡dicen que el exceso de demanda es el causante de la inflación!, y se mantiene caro el dinero y barato el dólar.
No ha crecido ni crecerá el País porque el Gobierno gasta cada vez más y más mal lo que debe dejar en manos de los ciudadanos para que puedan consumir e invertir. Porque gasta lo del petróleo, lo de los precios altos de sus productos y servicios y lo de nuestros impuestos, sin invertir en infraestructura eficiente y sin mejorar educación, seguridad social y seguridad pública. Porque se despacha con la cuchara grande y sube impuestos, sin considerar el consecuente efecto recesivo, cuando todos los países los bajan para estimular el empleo.
No crecerá el País mientras existan los "consentidos" que devengan rentas oligopólicas indebidas en áreas clave de la economía a costa de minar la productividad nacional, la inversión y el empleo. Estos personajes, y los que los protegen, son verdaderos delincuentes sociales que generan millones de pobres acrecentando una riqueza lograda con privilegios.
No crecerá México mientras los tecnócratas sigan con sus malas ideas y los políticos sigan entronizándolos. Mientras el Presidente no se ponga las pilas y se dedique a crear -y vigilar que operen- políticas públicas que efectivamente motiven a invertir y a emplear.
¿Queremos crecer y dejar de ser perdedores? Debemos entonces hacer las reformas verdaderas. No más operación monopólica de las empresas del gobierno. Gobierno y gasto público limitado y eficiente. Energía barata. Educación de calidad. Infraestructura competitiva.
Seguridad. Intolerancia ante los oligopolios. Respeto y protección al consumidor y al productor. Dinero a costo razonable. Banca que preste y arriesgue. Tipo de cambio competitivo.
Reubicar a los tecnócratas a su nivel de competencia. Como asesores o analistas. No como zares económicos omnipotentes.
¿No se puede? Vayan a China a ver cómo.
El autor es presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes, A.C.
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