La historia del endeudamiento de México comenzó en 1823, cuando, con una economía casi paralizada, el Gobierno contrató deuda en Inglaterra, que hasta 1861 se mantuvo como el principal acreedor.

El problema de la deuda externa no quedó resuelto hasta 1942 con los acuerdos Suárez-Lamont. En ese año el secretario de Hacienda, Eduardo Suárez, consiguió la reducción de la deuda de 509.5 millones de dólares (mdd) a 49.5 mdd, de acuerdo con el libro Historia de la Deuda Externa de México 1823-1861, del economista José Zaragoza.

Cuarenta años después, el 20 de agosto de 1982, el Gobierno declaró al Fondo Monetario Internacional (FMI) que no estaba en condiciones de continuar con los pagos de la deuda y decretó una moratoria de seis meses, tan solo contaba con 180 mdd para pagar 300 mdd.

Tras la crisis financiera de 1994-1995, las autoridades comenzaron a poner en orden las finanzas públicas y los fundamentos macroeconómicos del país para fortalecer a la economía, además de tratar de disminuir el peso de esa carga financiera.

“Cuando Francisco Gil Díaz fue secretario de Hacienda (en el sexenio de Vicente Fox 2000-2006) hizo un esfuerzo para consolidar la tendencia a la baja de la deuda, con finanzas públicas equilibradas y mantuvo el superávit primario, pero en el Gobierno de Calderón se ve un parteaguas desde 2008 con un déficit crónico con el pretexto de la crisis”, comentó Jonathan Heath, vicepresidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha continuado la tendencia de endeudamiento. Para 2015 contempla un déficit total que representa el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), es decir 641,510 millones de pesos (mdp), por arriba de los 620,416 mdp de este año.

“Esta administración sigue con la deuda y parece que regresamos poco a poco a tener déficits crónicos, aún hay espacio, pero conociendo nuestra historia pasada como con los alcohólicos, no hay que volver a darles de tomar”, dijo Heath

En la década de los 70 con el descubrimiento del yacimiento de Cantarell, el más importante de México y uno de los más grandes de la historia, inició una nueva historia de dependencia, ahora hacia los ingresos provenientes de los hidrocarburos.

“Se apostó por la explotación de petróleo pero con deuda y en los años 80 los ingresos petroleros se volvieron el colateral de los pagos para la reestructura de estos pasivos”, recordó Gonzalo Monroy, director general de la consultora del sector energético, GMEC.

El Gobierno se dio cuenta que tenía a un contribuyente cautivo, por lo que en 1994 se implementó un régimen fiscal para Pemex que entregaba como impuesto el 60.8% de sus ingresos netos

“Es más fácil extraerle dinero a Pemex que una reforma tributaria generalizada”, refirió Monroy quien explica que con la reforma energética y el nuevo régimen tributario para Pemex se espera que se genere un efecto multiplicador hacia otros sectores económicos.

Las modificaciones a las leyes en materia energética aprobadas este año pretenden que la aportación fiscal de Pemex baje de 79% a 65% en un periodo de 10 años, por lo que la implementación de la reforma hacendaria busca compensar los menores ingresos de la petrolera.

La reforma energética buscaría que Pemex se ponga en línea con sus competidores, ya que se reconoce que entre 2006 y 2012 su carga tributaria ha sido de hasta 90%.

Desde hace más de 100 años Estados Unidos ha sido el principal inversionista en México, con la consolidación de la empresa Singer en México en 1887, el país del norte afianzó su posición en nuestro país y desde 2000 hasta la primera mitad de 2014, el 46.7% de la Inversión Extranjera Directa (IED) que llega a México proviene de EU.

Asimismo, México destina el 80% de sus exportaciones a la economía más importante del mundo, por lo que el consenso de los especialistas indica que la dependencia económica de con EU no es tan adversa como se puede pensar aunque se espera que el país pueda diversificar un poco más su comercio o aprovechar mejor esta relación.

“Mal haríamos en no aprovechar las ventajas geográficas. Envolvernos en la bandera nacionalista es un exageración”, puntualizó el director de las carreras de Economía de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, Raymundo Tenorio.