La desaceleración económica de México cobra fuerza
El Sistema de Indicadores Cíclicos muestra un fuerte estancamiento de la economía; la confianza empresarial y el tipo de cambio son dos de los principales causantes.
Fuente: cnnexpansion.com
La economía mexicana se encuentra en una zona de marcada desaceleración que apunta acentuarse en el tercer y cuarto trimestre del año, y que además dicho comportamiento puede sugerir la entrada a una fase recesiva a causa de la debilidad de la actividad estadounidense y los recortes al gasto público.
El reporte del Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) mostró que sus dos componentes: el indicador coincidente (que refleja el estado general de la economía) y el indicador adelantado (que busca señalar anticipadamente el rumbo del coincidente) se encuentran por debajo de su tendencia de crecimiento de largo plazo.
“Estamos en un estancamiento y en una fase de desaceleración, y de acuerdo a los criterios de los ciclos de crecimiento sí estamos entrando a una zona de recesión sin decir estrictamente que estamos en una recesión todavía. Pero lo que quiere decir es que crecemos a una tasa muy por debajo de la que se debería”, explicó en entrevista el investigador del Colegio de México, Gerardo Esquivel.
En mayo, el indicador coincidente se ubicó por debajo de su tendencia de largo plazo (100 puntos) con 99.9, e hiló cuatro meses de descenso. La misma situación presentó el adelantado, que con cifras para junio se situó en 99.8 puntos, logrando una baja mensual de 0.05 puntos. Acumuló 10 meses en terreno negativo.
“Estamos en una tendencia negativa, por debajo de la tendencia de largo plazo (…) Tanto el indicador adelantado y coincidente están decreciendo, no es tan preocupante como una recesión, pero puede implicar, aunque no necesariamente, que van a una zona de recesión”, comentó el vicepresidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF, Jonathan Heath.
En abril, el INEGI actualizó los componentes del SIC y modificó la denominación de las fases del ciclo económico, es decir, desaceleración, recesión, recuperación y expansión, por lo que desde entonces ya no utiliza esas etiquetas, sino que solo identifica al ciclo por su comportamiento y su posición respecto a su tendencia de largo plazo.
Gerardo Esquivel agregó que la razón fundamental del mal comportamiento de la economía tiene que ver con un débil ritmo de crecimiento de Estados Unidos y el recorte en el gasto público.
En el primer trimestre del año, el PIB de EU creció apenas 0.6%, mientras que de abril a junio el aumento de 2.3% a tasa anualizada incumplió con las expectativas de los analistas. Adicionalmente la caída internacional de los precios del crudo obligó al Gobierno de México a realizar un recorte al gasto de 0.7% del PIB, algo que también se espera para 2016.
“Los dos están en inicio de lo que debe ser considerado zona de recesión. Ya no le ponen nombre a las fases pero las versiones iniciales dicen que cuando han cruzado la tendencia de largo plazo es una fase de recesión, es difícil clasificarlo, inclusive bajo este enfoque porque deben de pasar un cierto número de periodos para que en efecto califique como recesión”, dijo el académico del Colegio de México.
De acuerdo con el INEGI, los componentes de confianza empresarial, tipo de cambio peso-dólar son los más afectados dentro del indicador adelantado, mientras que el índice Standard & Poor’s 500 se situó también en junio por debajo de su tendencia de largo plazo.
Jonathan Heath agregó que en 2013 hubo grandes confusiones por el mal uso del término recesión, por lo que el INEGI tuvo que cambiar los nombres de las fases que describen los ciclos económicos en torno a su tendencia a largo plazo.
Técnicamente se considera recesión cuando la economía acumula dos trimestres consecutivos con decrecimientos. Sin embargo, el Buró de Investigación Económica de Estados Unidos, indica que una recesión implica la caída significativa de la actividad de la economía en su conjunto, es decir el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y las ventas minoristas y mayoristas.