Impuestos, crecimiento y gobierno
Bajo un régimen de derecha esperaríamos un Gobierno liberal que fomente el mercado por encima del intervencionismo de la administración pública, que busque potenciar derechos individuales antes que posiciones estatistas. Paradójicamente en México hemos visto en la última década un régimen de “derecha” pero predicando ideas contrarias a ese principio como: mas impuestos, mas Estado, mas subsidiariedad. Es difícil comprender el miedo existente hacia la izquierda, pero sin embargo no nos damos cuenta que la derecha nos plantea algunas de esas ideas ¡y las aplaudimos!
Por Roy Lavcevic
En México la discusión del ingreso fiscal siempre ha estado presente y muchas opiniones convergen a decir que el nivel de recaudación es muy bajo, por lo cual es necesario elevar ésta para poder crecer y sostener el desarrollo del país. Esto da pie a plantear las famosas “Reformas Hacendarias” que año tras año se plantea en la mesa de discusión. Las cifras pueden ser confusas en este tema y antes de afirmar la necesidad de una mayor recaudación, se debe plantear qué tamaño de Estado tenemos, de qué tamaño lo queremos, cual es su capacidad y eficiencia.
¿Una mayor recaudación genera crecimiento?
Lo cierto es que en una economía de mercado el agente que genera la mayor parte del crecimiento es el sector productivo. Éste produce bienes y servicios, demanda insumos y empleos, lo que a su vez se traduce en ingresos para otras empresas y para las familias (remuneración del empleo) – bajo otro sistema económico quizás el Estado sea el motor del crecimiento y aun así queda en duda su eficacia.
Estos ingresos sirven para el consumo, ahorro e inversión –el ahorro es canalizado a la inversión por medio del sistema financiero-, este ciclo es el motor de la economía y a la velocidad con la que se mueva nos dará una pauta de su capacidad de crecimiento. En medio de esto se encuentra el Gobierno, quien tiene la capacidad de interferir en este ciclo, para bien o mal, mediante sus acciones u omisiones – políticas públicas – y con la facultad de “obtener” parte de los flujos de este proceso – recaudados por medio de impuestos.
Ante esta situación los ingresos de los agentes económicos se ven reducidos y de ahí deberán tomar la decisión de qué hacer con lo que les queda – consumir, ahorrar o invertir –.
En México es frecuente escuchar que el problema es la baja recaudación, argumentando que se recauda el 10 ú 11 por ciento del PIB, un nivel muy por debajo de otros países, pero lo cierto que esos países tiene un Estado mas benefactor, así como un ingreso – PIB per capita – mayor al nuestro, lo que les permite pagar mas impuestos sin mermar sus recursos y calidad de vida de sus habitantes. Plantear una mayor recaudación en México en las condiciones actuales de pauperización del salario, equivale a quitarle a las familias los escasos y reducidos recursos con los que apenas pueden subsistir, quedando en duda si el Estado devolverá esos recursos con una mayor y mejor calidad de servicios públicos.
¿Se recauda solo 11% PIB?
Si. Solo el 11% del PIB en ingresos tributarios no petroleros. A esto se le deben sumar otros ingresos e impuestos existentes que pagamos directa o indirectamente, como el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), derechos, aprovechamientos y rendimientos petroleros, entre otros. Todo en conjunto suma los ingresos totales del Sector Público, lo que finalmente se traduce en una carga fiscal para todos los ciudadanos, de forma directa o indirecta. Dicho de otra manera, es un pastel donde el Gobierno se lleva una buena porción que representa casi el 23%[1] del PIB, es decir casi una cuarta parte de todo el ingreso del país se lo lleva el Gobierno, lo que equivale a decir que de cuatro semanas que trabajamos, una lo hacemos para el Gobierno.
Esta consideración es importante ya que muchas veces las cifras que menciona el Gobierno son parciales, como los datos de la OECD en donde sus estadísticas consideran los ingresos tributarios, no los ingresos totales.
La pregunta es si queremos hacer más grande ese pastel, y en consecuencia el Gobierno obtenga una tajada de un “pastel” mas grande o del “pastel” actual el Gobierno nos quite una tajada más grande dejándonos con menos recursos para consumir, ahorrar e invertir.
Los ingresos del Gobierno dependen directamente de los ingresos de la población y resulta ilógico pretender una mayor recaudación cuando los ingresos de las familias se encuentran estancados. Se debe primero pensar en como generar un mayor ingreso de las familias – crecimiento económico – y como consecuencia de esto crecerá la recaudación del Gobierno, producto de una mayor actividad económica.
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– “Las implicaciones recaudatorias también se verán afectadas, considerando otros factores como el tamaño de la economía formal, la participación en el mercado laboral de los diferentes segmentos demográficos; y los niveles de sueldos en la economía. Por lo tanto, la modificación de cualquiera de los componentes antes mencionados significará un cambio recaudatorio para el país. Para las finanzas públicas, no sólo es importante pensar en términos de tasas impositivas sino en la estructura demográfica, así como en la cantidad de contribuyentes en las diferentes edades y sexos.”[2] –
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Las estadísticas son claras: nos evidencian que a mayor nivel de ingresos de un país, mayor es su nivel de recaudación – ingresos Gobierno – en consecuencia es lógico de pensar que si deseamos una mayor recaudación en México primero pensemos en subir nuestro ingreso – crecer el PIB –, y para eso lo que necesitamos son recursos en el sector productivo, no en el Gobierno.
La siguiente gráfica nos demuestra la relación del nivel de ingreso y recaudación en el grupo de países de la OECD para el año 2009.
Históricamente vemos la misma relación. La siguiente gráfica muestra la evolución de un grupo de países entre su ingreso y nivel de recaudación. Aquí vemos como creció su nivel de recaudación conforme aumentaba su nivel de ingreso. (Observaciones para los años 1965, 1975, 1985, 2005 y 2009).
El Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social – ILPES de la CEPAL, señala[3]
“Una de las funciones principales de los impuestos es financiar el gasto de bienes y servicios del Gobierno, de modo que la elección del nivel de ingresos implica, en el mediano plazo, delimitar el nivel de gasto del sector público”.
“Algunos estudios relacionan negativamente la presión tributaria, o el gasto público, con el desempeño económico. Pero no es posible avanzar conclusiones sólidas al respecto: hay países que han crecido satisfactoriamente con un nivel alto de impuestos, y muchos otros tienen un mediocre desempeño macroeconómico y una presión tributaria reducida. Antes bien, la causalidad parece ser inversa: a medida que los países crecen, la base tributaria se amplía y el sistema puede volverse más progresivo, todo lo cual redunda en un círculo virtuoso entre crecimiento, gasto público, nivel de impuestos y progresividad del sistema.”
Para explicar la diferencia de niveles recaudatorios en términos de PIB entre diferentes países “Es necesario efectuar esta comparación controlando por algunas variables explicativas, como el ingreso por habitante y otras variables.”
Indudablemente es importante la función del Gobierno para garantizar la presencia del Estado, cumplir sus funciones normativas, de regulación como Nación y su subsidiariedad para compensar inequidades, por lo cual se le debe financiar, y a medida que la riqueza del país crezca, éstos también crecerán. Pero eso dista mucho de un Gobierno que cada día quiere mas por que “no completa” su creciente gasto corriente, despilfarro de nuestros ingresos y falta de eficiencia. Primero exijamos cuenta claras, uso eficiente de nuestros recursos, resultados y luego pensemos si queremos un Estado más grande.
rlavcevic@anei.org.mx