Fin a la “etapa reformista”, ¿qué saldo deja en la opinión?
Fuente: El Economista
Por Roy Campos
Para cualquier observador es evidente el cambio en el tono de la comunicación del gobierno federal, donde hasta agosto se centraba en los acuerdos políticos y, a partir de la aprobación de la reforma energética y marcadamente a partir del mensaje presidencial, destaca el inicio de una nueva etapa con proyectos que parecían estar esperando este momento: nuevo aeropuerto en la ciudad de México, promesa de no imponer nuevos ni mayores impuestos, incremento de la red ferroviaria llevando el metro hasta municipios poblados del Edomex, creación del programa Prospera apoyando hasta universidad y empleo, y otros, lo que parece el “relanzamiento del gobierno”, así que será importante comparar con el fin de la “etapa reformista”, como la llamó el presidente, y que deja el siguiente saldo en la opinión ciudadana. Anoto a mi entender las principales conclusiones que se hacen en el reporte trimestral de la Gran Encuesta de Consulta Mitofsky, que muestran que el ciudadano tiene claras preocupaciones, principalmente económicas.
1.- Después de que en mayo pasado la evaluación que hacía el ciudadano de su presidente subía un punto, en agosto retoma tendencia negativa y ahora 47% lo aprueba y 51% lo reprueba. La evaluación de los alcaldes (44%) y de los gobernadores (51%) en agosto son las más bajas obtenidas en cualquier mes de este siglo, lo que denota un desacuerdo hacia todos los niveles de autoridad. Los diputados y senadores logran una aprobación menor a la obtenida por el presidente: 37% está de acuerdo en la forma que trabajan los diputados y 33% con la de los senadores.
2.- Los mexicanos consideran la reforma educativa como lo más importante que ha hecho el presidente, seguida de la cruzada contra el hambre; sin embargo, éstas no logran que exista un acuerdo con su gestión porque los resultados de esas acciones no se reflejan aún en una mejora económica. El segmento de población en el que baja más la aprobación es el de ingresos más altos, que parece indicar un desacuerdo con el desarrollo del país y con la reforma fiscal.
3.- Se mantiene en uno de cada tres mexicanos la proporción que opina que vamos por el rumbo correcto (33%) y 57% opina que vamos por el rumbo equivocado, y disminuye 2 puntos porcentuales el grupo que opina que el presidente tiene las riendas del país, pasa de 41 a 39 por ciento.
4.- La inseguridad y la crisis económica (con 27% de menciones) son las preocupaciones que siguen presentes entre los mexicanos, variando poco con respecto al 2013. Aunque la tendencia ha sido la disminución de las menciones de seguridad y el incremento de las económicas. Los problemas que perciben los ciudadanos son distintos por regiones; en el noreste la inseguridad continúa claramente como la mayor preocupación y en el sureste la crisis económica. Al agrupar los problemas según su tipo, vemos un claro incremento de problemas económicos, que con 60% supera a la seguridad con 35%; es el resultado más cargado a la economía desde el 2009.
En otras variables que presenta la encuesta, en tres años sube de 32 a 46 el porcentaje de ciudadanos que ha usado recientemente Internet. Con la red social Facebook pasa algo parecido con el gran crecimiento que duplica su uso en cuatro años. Esto nos muestra la importancia que van teniendo como elementos de comunicación los medios alternativos.
Conclusión:
Los primeros siete trimestres, desde su inicio con la reforma educativa, el presidente Peña Nieto trabajó con la intención de sacar una serie de reformas que culminan con la energética en agosto del 2014. Este periodo le cuesta a él, a todos los niveles de gobierno y demás políticos, un desgaste que los hace disminuir en sus niveles de aprobación, aunque se le reconocen atributos de efectividad, se le reclaman los resultados económicos que no han llegado.
A partir de ahora seguramente veremos comportamientos distintos de todos los actores políticos, el gobierno mostrará beneficios de las reformas y los partidos, pensando en la elección del 2015, mostrarán éxitos, fracasos y errores de sus contrincantes políticos. El ciudadano reaccionará sólo si la economía aterriza en mejores condiciones de vida, poco servirán en este momento discursos y promesas.