El retroceso de México

Al largo plazo, esto es una tragedia para México, ya que el país no logrará superar sus mediocres tasas de crecimiento, si los niños mexicanos tienen maestros sin credenciales académicas.

ANDRÉS OPPENHEIMER

La decisión del presidente mexicano Enrique Peña Nieto de suspender indefinidamente la evaluación de maestros — el centro de su muy aplaudida reforma educativa — es un error catastrófico que mancha su presidencia y probablemente perjudicará a México por varias décadas.

Suena como una exageración, pero no lo es.

Tal como lo han señalado el Foro Económico Mundial y varias otras organizaciones, el principal motivo por el que México no está creciendo más rápido no son sus políticas económicas — como se podría decir de Venezuela o Argentina — sino su deficiente sistema educativo. Debido a sus malas escuelas, México no puede tener una mano de obra más calificada para competir con China, Corea del Sur y otras potencias manufactureras del mundo emergente.

El sistema educativo de México ha sido secuestrado desde hace mucho tiempo por poderosos sindicatos de maestros que quieren preservar sus privilegios, como permitir que sus partidarios –independientemente de sus credenciales académicas – puedan comprar o heredar empleos vitalicios de maestros.

Muchos maestros mexicanos son contratados por sus conexiones sindicales, y ni siquiera pisan un aula. Según el grupo ciudadano Mexicanos Primero, hay 298.000 maestros de escuelas públicas que nunca enseñan, sino trabajan como activistas sindicales, a costa de los contribuyentes.

No es sorprendente, entonces, que México esté en el puesto 53 de los 65 países que participan en la prueba internacional PISA de estudiantes de 15 años, casi tan mal como Brasil (58) y Argentina (59). Y tampoco es sorprendente que sólo el 25 por ciento de los jóvenes mexicanos entran a la universidad, comparado con el 93 por ciento en Corea del Sur.

Poco después de asumir la presidencia en el 2012, Peña Nieto fue noticia en todo el mundo por enviar a la cárcel a la entonces poderosa jefa del sindicato de maestros Elba Esther Gordillo por cargos de corrupción. Poco después, Peña Nieto anunció una audaz reforma educativa que incluyó la evaluación de maestros y normas más estrictas para la contratación de nuevos profesores. El presidente se refirió a estas medidas –y tenía razón– como un punto de inflexión en la historia de México.

Pero ahora, en medio de amenazas del sindicato radical de maestros conocido como la CNTE de impedir con actos de violencia las elecciones legislativas de este domingo en estados como Oaxaca, Michoacán y Guerrero, el Gobierno de Peña Nieto ha anunciado la “suspensión indefinida” de la evaluación de maestros, que era una demanda clave del sindicato.

La suspensión efectivamente anula la prueba de ingreso para cerca de 250.000 aspirantes a maestros que debía realizarse a partir del 15 de junio, y la evaluación de 1.2 millones de maestros en los próximos tres años.

“La cancelación de la evaluación de maestros anula la reforma educativa, y traiciona a millones de niños en nuestro país,” dijeron varios grupos no gubernamentales esta semana. Peña Nieto ha cedido al chantaje de los líderes sindicales que están en contra de mejorar la calidad educativa, agregaron.

Mexicanos Primero, uno de los grupos que firmaron la declaración, dice que la decisión gubernamental probablemente sea impugnada en los tribunales, porque la reforma educativa del Gobierno fue aprobada como una enmienda constitucional.

La marcha atrás del Gobierno ante el temor de que los activistas de la CNTE impidan la elección del domingo en varios estados es un signo de debilidad de Peña Nieto, que también podría perjudicar sus reformas energética, de comunicaciones y laboral. Si Peña Nieto invalida su reforma más importante, ¿cómo va a convencer a los inversionistas de que confíen en su capacidad de implementar las otras reformas?, dice el grupo.

Hay especulaciones en los medios mexicanos de que la suspensión de las evaluaciones podría ser una maniobra de Peña Nieto para convencer a los activistas de la CNTE de no perturbar las elecciones legislativas del domingo, y que el Gobierno reinstalará las evaluaciones poco después de las elecciones. Esto es una tormenta en un vaso de agua, dicen algunos.

Mi opinión: No lo creo. A corto plazo, la suspensión de la evaluación de maestros le dará nuevos bríos a la cúpula de la CNTE, ya que ahora sentirá que puede chantajear al Gobierno para que aniquile la reforma educativa. Si Peña Nieto vuelve a ordenar la evaluación de maestros, la cúpula sindical amenazará con no abrir las escuelas en Oaxaca, Michoacán y Guerrero cuando se inicie el nuevo año escolar.

Al largo plazo, esto es una tragedia para México, ya que el país no logrará superar sus mediocres tasas de crecimiento si los niños mexicanos tienen maestros sin credenciales académicas, que compran o heredan sus puestos de trabajo, o trabajan como activistas sindicales.

Ésta es la peor decisión de la presidencia de Peña Nieto, y –salvo su reversión inmediata– pone en duda el futuro de todas sus demás reformas.

El autor es columnista de The Miami Herald y El Nuevo Herald.

(C) 2015 El Nuevo Herald

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