Editorial| Economía:Otro tijeretazo
Fuente: La Jornada
Por Carlos Fernández-Vega
El erario está al borde de un ataque de nervios, porque al Ejecutivo y al Legislativo se les ocurrió privatizar el sector petrolero y compartir la renta del oro negro, justo cuando la producción interna va en picada, al igual que el volumen exportado y los precios internacionales del oro negro.
Desde que el nuevo
gobierno se instaló en Los Pinos la producción petrolera muestra una reducción sostenida, al igual que los envíos de crudo al mercado foráneo (fundamentalmente a Estados Unidos) y, por si algo faltara, un descenso paulatino, pero permanente, del precio promedio por barril exportado.
El resultado de todo ello es más que obvio: menor ingreso por oro negro, uno de los pilares más sólidos en el armado presupuestal de cada año. Así, en el periodo mencionado se registra una merma en la producción de 162 mil barriles diarios y una caída en la exportación de 142 mil barriles, también por día, producto de la saturación del mercado internacional de oro negro.
Lo anterior se redondea con el descenso del precio internacional del crudo mexicano de exportación: del último día de diciembre de 2012 al 13 de octubre de 2014, la caída acumulada ha sido cercana a 22 dólares por barril, lo que se traduce en una pérdida diaria superior a 40 millones de dólares, que anualizado se aproxima a 15 mil millones de pesos.
De acuerdo con Pemex, ayer el barril de oro negro mexicano se vendió a 80.18 dólares en el mercado internacional, monto que resulta 15 por ciento inferior al registrado en el arranque de octubre de 2014. Y ante ese panorama, los genios están felices, porque decidieron abrir las puertas de par en par, con la idea de compartir la renta petrolera. Vamos bien, pues.
Y en este contexto, la de por sí deteriorada perspectiva mexicana decrecimiento
económico se anota otra merma, pues se mantiene unainexorable tendencia a la baja
, de acuerdo con Consultores Internacionales, que estima unavance
de entre 2.1 y 2.4 por ciento en 2014, aunque la primera de las cifras se acerca más a la realidad.
La citada consultora advierte que a lo largo del presente año, tal cual sucedió en 2013, el desempeño económico mexicano “también ha sido decepcionante, en gran parte debido a que el crecimiento ha dependido –y seguirá haciéndolo– fundamentalmente de la demanda estadunidense, la cual ha sido lenta y se ha transmitido a una espiral de ajustes a la baja, sobre todo porque al interior los estímulos necesarios no se han presentado de manera contundente, en especial el gasto de inversión”.
A lo anterior se agrega el ambiente de incertidumbre y volatilidad que se está generando por la alta especulación sobre el retiro de los estímulos monetarios de la Fed y la inminente alza en las tasas de interés. Esa política monetaria acomodaticia de entrada está afectando la paridad cambiaria peso-dólar, lo que ha llevado a la depreciación de nuestra moneda en las últimas semanas
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En este entorno, apunta Consultores Internacionales, la expectativa es que la economía mexicana haya crecido en el tercer trimestre entre 2.1 y 2.2 por ciento, y cierre el año entre 2.1 y 2.4 por ciento. Ello haría un promedio anual de entre 1.6 y 1.75 en el primer bienio del gobierno peñanietista, es decir, por debajo de la de por sí raquítica herencia del calderonato.
Por lo que toca a la inflación, la consultora espera un incremento de 3.86 a 4.47 por ciento, arriba del objetivo fijado por la propia autoridad monetaria. Esto último, si la especulación lleva a incrementos en el tipo de cambio a niveles cercanos a 14 pesos por dólar. En este sentido, nuestras estimaciones para esta fecha de corte fija el cierre de la paridad entre 13.49 y 13.67 pesos. En el caso de las tasas de interés de mercado, seguirán mostrando una tendencia a la baja en función de la entrada de capitales, la cual podría revertirse si se presenta un incremento en las tasas sobre todo en el mercado norteamericano, a la fecha se estima un cierre en la tasa de los Cetes a 28 días de entre 2.96 y 3.01 por ciento
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Para 2015 será fundamental dar seguimiento a varios factores que podrán influir en el desempeño de la economía en general. Uno de los más importantes en el comportamiento de la economía estadunidense y las decisiones de la Reserva Federal. Por otro lado, el aumento de la inversión pública en infraestructura por el plan nacional en la materia, el inicio de los trabajos del aeropuerto y lo relacionado con la reforma energética. También, siendo un año electoral, sin duda se espera un incremento en el gasto del consumo público. Lo anterior podrá apoyar la demanda y contribuir al crecimiento de corto y mediano plazos, con ello nuestra expectativa de crecimiento para 2015 es de 3.1 a 3.3 por ciento, resultado aún insuficiente y que no refleja los posibles efectos de las reformas estructurales, las cuales están en etapa de instrumentación y cuyos impactos se empezarán a registrar en el mediano plazo”.
En el plano internacional, el desempeño del primer semestre de la economía mundial y de los principales países avanzados fue decepcionante.Ello ha orillado a que se mantengan activas medidas extraordinarias de impulso como son la política monetaria acomodaticia y, en el caso de la zona euro, la consolidación fiscal, que consiste en sujetar el déficit presupuestal en no más de 3 por ciento y una deuda pública hasta de 60 por ciento del PIB. La debilidad económica en los países desarrollados seguirá latente en el segundo semestre, si bien con particularidades por países, pero en general en la eurozona la situación no mostrará signos de recuperación evidentes en lo que resta del año. Por el contrario, para Estados Unidos sí se advierten leves mejorías, por lo que nuestra perspectiva es de un crecimiento de entre 1.9 y 2.1 por ciento este año, y de 3 a 3.2 en 2015, lo que ha empezado a alimentar la especulación sobre el retiro de los estímulos y la normalización de la política monetaria
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En los mercados emergentes se están ya resintiendo los embates de una prolongada baja demanda por parte de los países desarrollados, lo que ha implicado que durante este año hayan estado ajustando las tasas de crecimiento a un nivel más bajo que las que habían tenido previo a la crisis y durante los primeros semestres posteriores a la breve recuperación que la siguió. El caso más destacado es el de China.