¿Dónde quedó el crecimiento económico?
Resulta evidente que el crecimiento económico observado en el país ha sido insuficiente para reducir la profundidad de la pobreza
Fuente: eluniversal.com.mx
Gerardo Esquivel
Ayer se dio a conocer el resultado del crecimiento del PIB para el primer trimestre de 2015: un magro 0.4% de crecimiento de la actividad económica con respecto al último trimestre de 2014. Inmediatamente después de que se dio a conocer esta cifra, por tercer año consecutivo la Secretaría de Hacienda realizó un ajuste a la baja en sus estimaciones de crecimiento económico anual. Así es,después de que en 2013 el gobierno anticipara un crecimiento de 3.5% que terminó en apenas 1.4%, y de que en 2014 anticipara un crecimiento de 3.9% que terminó en sólo 2.1%, en este 2015 la estimación original de 3.9% ya está en un punto medio de sólo 2.7% (el pronóstico oficial es en realidad un rango que va de 2.2% a 3.2%). Note que incluso si se cumpliera esta estimación, el crecimiento del PIB en el primer trienio de esta administración sería apenas ligeramente superior al 2% anual.
La cifra anterior resulta relevante por al menos tres razones. Primero, porque apenas este lunes el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, escribió un artículo en este diario sobre el tema de la necesidad de promover la productividad y la competitividad en el país, y en el que planteó una crítica implícita al bajo crecimiento económico de las últimas tres décadas: “Entre 1980 y 2014, México creció a una tasa media anual de 2.4%, casi la mitad de lo observado en las economías emergentes y en desarrollo (4.6%). Como resultado, los niveles de bienestar de la población no han crecido al ritmo que demandan las familias mexicanas, y más de la mitad de la población aún vive en la pobreza.” Es interesante señalar que incluso el mediocre crecimiento que se observó de 1980 a 2014 resulta superior a lo que ha logrado alcanzar esta administración en su primera mitad. A la luz de este comentario, me pregunto cuál será la opinión del secretario Videgaray de los logros económicos de esta administración, en donde la conducción económica ha estado fundamentalmente bajo su responsabilidad.
En segundo lugar, cabe señalar que esta cifra de crecimiento promedio del 2% anual resulta apenas ligeramente superior a la tasa de crecimiento anual de la población mexicana. De acuerdo a las últimas cifras oficiales, la población en México creció entre 2005 y 2010 a una tasa cercana al 1.8% anual. De continuar esta tendencia, esto implicaría que el crecimiento del producto apenas excedería al crecimiento de la población, por lo que incluso en caso de que se cumpliera el punto medio del pronóstico oficial para 2015, el ingreso per cápita de los mexicanos habría permanecido prácticamente constante entre 2012 y 2015.
Finalmente, porque si bien aún no tenemos una medición oficial sobre la evolución de la pobreza en el país durante esta administración (las cifras correspondientes a 2014 serán dadas a conocer a fines de julio del presente año), sí tenemos cifras sobre la evolución del indicador conocido como Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), que estima y publica de manera trimestral el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval). Este indicador, según el propio Coneval, “muestra la tendencia del porcentaje de personas que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso laboral. Si el índice sube, significa que aumenta el porcentaje de personas que no pueden comprar una canasta alimentaria con su ingreso laboral.” De acuerdo a las cifras más recientes, el ITLP en México creció en casi 8% entre fines de 2012 y fines de 2014. En ese sentido, resulta evidente que el crecimiento económico observado en el país ha sido insuficiente para reducir la extensión y profundidad de la pobreza en México.
Considero que, entre otros elementos, la presente administración tendría que ser evaluada por la población en términos de su incapacidad para generar crecimiento económico, para mejorar el bienestar de la población y para abatir los niveles de pobreza en el país. En ese sentido, las próximas elecciones también deberían ser una especie de referéndum sobre la política económica y social de la presente administración. Tómelo en cuenta a la hora de ir a las urnas.