Deteriorará el sentido de identidad de Monterrey como la capital industrial del País
(Fuente El Norte, mayo 6 2007)
Fernando Turner
La venta de IMSA ha suscitado comentarios respecto al deterioro del liderazgo regiomontano. En conjunto con fracasos y reestructuras, así como a otras ventas de empresas grandes, esta adquisición continúa una tendencia para algunos desfavorable y para otros solamente una manifestación lógica del proceso de globalización mundial. Se piensa que algo inconveniente pasa si empresas líderes son adquiridas y no adquirientes.
Los siguientes comentarios pretenden esbozar algunas causas de este fenómeno.
Empresarios caracterizados por un sentido del trabajo como fuente principal de realización, viviendo con frugalidad y privilegiando el mérito como medio de avance, hicieron de Monterrey ciudad líder. Por su laboriosidad, tesón, sencillez y humanismo, junto con una identidad e ideología definida, se convirtieron en un modelo e imagen admirada.
La combinación de su liderazgo, aplicado también a diseñar e influir en políticas públicas efectivas, alineó incentivos para el aumento de la inversión, la continua reinversión de utilidades y el fortalecimiento empresarial.
Por décadas prosperaron las empresas con empresarios ejemplares.
Las crisis de 1976, 82, 86 y 95 agotaron a la mayoría de estas empresas y acabaron con miles de pequeñas y medianas. Después de cada crisis, con sus secuelas de descapitalización, reajustes y pérdida de confianza, seguían años para recuperarse y sobrevivir, y no para desarrollarse y crecer.
Concurrentemente se experimentó un cambio generacional en los corporativos, manifestándose, según opiniones, un empobrecimiento en el liderazgo producto de una formación inadecuada de los sucesores, de pérdida de la sobriedad y de cambios en las motivaciones empresariales. Se cambió la frugalidad por el consumo; el trabajo diligente por la delegación a expertos; las inversiones productivas por los corporativos; el cliente por el consultor extranjero.
Con la nueva generación sobrevino mayor complejidad familiar corporativa por la multiplicación de herederos enfrascados en una guerra de vanidades y desencantados por escasos dividendos y puestos ante la rentabilidad disminuida, acentuando el desgaste directivo y minando aún a los mejores.
Las caídas y reestructuras, aunque fueran ajenas, aumentaron la percepción de riesgo del empresario, ahora sin fortaleza ideológica, con un espíritu desgastado por disputas familiares, frente a inéditas condiciones de competencia global y perplejos ante una política económica que apoyaron por dogma y que acabó debilitándolos y convirtiéndolos en presa del apetito globalizador.
Declaro admiración por los Clariond y los Canales. Son gente trabajadora y honesta y su motivación es especial y respetable. Esta reseña es una hipótesis educada de las causas por las que algunos empresarios herederos de aquellos exitosos y decididamente independientes ahora fracasan y otros son cazados en vez de cazadores.
Ahora tenemos más ricos y menos empresarios grandes. Empresas chicas que fueron grandes y empresas débiles que fueron fuertes. Quizá por eso las fuertes defiendan celosamente sus privilegios, no siempre legítimos, y los aprovechen para globalizarse.
Sin embargo, el liderazgo empresarial regiomontano sigue vivo y fortalecido. Ya no está en los grandes empresarios sino en miles de pequeños y medianos que sí practican las virtudes regias heredadas. Que compiten, ganan y prosperan ofreciendo calidad mundial, servicio inmejorable y precios competitivos. A pesar de no tener voz todavía. De ser sólo coro en las organizaciones empresariales y ser ignorados por el Gobierno. A pesar de estorbos públicos y obstrucciones privadas. A pesar de políticas públicas que privilegian al Estado obeso e ineficaz. A pesar de monopolios públicos y oligopolios privados, del dogma estabilizador con estancamiento.
Éste es el nuevo liderazgo regio. La fuerza de Monterrey. La esperanza competitiva de México.
El Grupo de los 10 ha muerto.
¡Viva el Grupo de los 10 mil!
El autor es presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes, A.C. ftd@katcon.com
