Crecimiento y desigualdad; el rumbo seguido
Análisis ANEI
Si bien el crecimiento económico debiera beneficiar a toda la población, pero dada la asimetría e inequidad del modelo económico, la desigualdad es un fenómeno que ha venido acentuándose en las últimas décadas, no solo en países en vías de desarrollo sino también en los considerados como desarrollados. Aunado a este problema, si consideramos un bajo crecimiento económico, como es el caso de México, los resultados son más dramáticos para la población de menor ingreso, concentrando el poco crecimiento en beneficio en la población de mayor ingreso.
El bajo crecimiento en México es irrefutable, en promedio 2.7% en las últimas tres décadas y uno de los peores de Latinoamérica en los últimos años.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)[1], la desigualdad en México, en especial las diferencias entre los más pobres y más ricos, ha ido en aumento en los últimos años.
Con base en datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la OCDE revela que el 10 por ciento más rico del país actualmente obtiene 30 veces el ingreso del 10 por ciento más pobre. La siguiente gráfica ilustra una tendencia creciente de esta relación, subiendo aun en los años recientes de “crisis económica”. El 1% de mayor ingreso tiene en promedio 46 veces el ingreso del 10% de menor ingreso.
Miguel del Castillo, en su artículo “La Distribución del Ingreso en México”[2], menciona que si bien la desigualdad con los datos disponibles es muy alta en este país, es difícil saber a ciencia cierta los ingresos verdaderos de la población de mayor ingreso, por motivos de seguridad y hacendarios. Si se toma esto en cuenta, la desigualdad puede ser aún mucho mayor, indicando que la razón podría llegar hasta un ingreso de los más ricos 66 veces mayor al de los más pobres.
Además, Del Castillo propone tres efectos que han propiciado el aumento en la desigualdad: El empleo precario, el cual es la disminución del empleo formal en las últimas décadas, el poder adquisitivo, que se ha perdido desde la década de los setentas, y la disminución en los subsidios, lo que ocasiona que el gasto que antes era de gobierno ahora deba salir de los bolsillos de la población.
El 10% de la población de mayor ingreso tiene el 36% del ingreso total, mientras que el 10% de menor ingreso apenas el 2%.
Las últimas cifras de ocupación por ingresos revelan que en el último año se han perdido mas de 800 mil empleos que ganaban mas de 3 salarios mínimos y aumento el número de empleados que ganan entre 2 y 3 salarios mínimos. El 60% de la población ocupada recibe hasta 3 salarios mínimos, aproximadamente 6 mil pesos o menos de eso. Mientras que tan solo el 21% recibe arriba de 6 mil pesos mensuales. El términos reales el salario mínimo se ha deteriorado a tal punto que hoy es una cuarta parte de lo que era en 1976.
Sin duda alguna esto es resultado de decisiones y acciones realizadas por los presidentes en turno y sus políticas públicas implementadas. Es necesario revisar lo realizado y reflexionar sus resultados, y de ser pobres, plantear un nuevo rumbo.
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[1] OCDE. Income Distribution and Poverty. (n.d.). [2] Del Castillo, M. (2012, Abril 1). La Distribución del Ingreso en México.