Continúa la debilidad en la economía mexicana
Fuente: El Economista
Por Rodrigo A. Rosals
Al cierre del 2013 y principios del 2014, la economía mexicana presentaba síntomas de desaceleración, principalmente por el clima adverso que se presentó en Estados Unidos. Y aunque en los últimos meses se registró mayor actividad de las exportaciones, repunte en servicios, aumento del gasto público, recuperación del consumo privado, mejor comportamiento de la inversión, mayor dinamismo del mercado laboral y avance de la actividad industrial estadounidense, los signos todavía son débiles.
Durante el segundo trimestre del 2014, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció 1.6% a tasa anual, cifra menor en 0.3 puntos porcentuales respecto al primer trimestre, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que menciona que en este comportamiento influyó el efecto de la Semana Santa, que en el 2014 ocurrió en el periodo abril-junio, teniendo menos días laborables que en el mismo lapso del 2013.
En el caso de las actividades secundarias, éstas se incrementaron 1.0% a tasa anual, debido al crecimiento de las industrias manufactureras y de la recuperación de la construcción; este último, con su caída anual de 0.6%, permanece en números rojos desde el cuarto trimestre del 2012, aunque su subsector de edificación ya registró una variación en terrenos positivos, tras cinco trimestres consecutivos con descensos.
Por su parte, la minería profundizó más su desplome al pasar de -0.5 a -1.0% durante el segundo trimestre del 2014, pero aun así se perciben indicios de recuperación en la extracción de petróleo y gas.
Mención aparte merece el conjunto del sector manufacturero, que ha dado estabilidad en la economía durante los últimos meses. Para el periodo entre abril y junio del presente año ostentó una tasa anual de 2.4%, menor a la del lapso previo que avanzó 4.4 por ciento.
Esta tendencia de desaceleración fue inducida por el comportamiento de sus tres principales industrias: la química, que cayó gracias a los descensos en la fabricación de productos químicos básicos; la de producción de equipo de transporte, que creció menos que el trimestre pasado, pero con una variación de 11.4% como consecuencia de la expansión de la industria automotriz y aeroespacial; y la alimentaria, que ascendió a mayor velocidad por la elaboración de productos de panadería y tortillas.
Las terciarias, que representan dos terceras partes de la economía nacional, avanzó a tasa anual 1.8%; destacan los ascensos del comercio, los servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles, así como del sector de transportes, correos y almacenamiento.
Las actividades primarias, con apenas una participación de 3.3% del PIB nacional, se expandieron anualmente 2.6%; es decir, dos puntos porcentuales menos que lo registrado en el primer trimestre del año. En este sentido, el sector de agricultura y cría y explotación de animales variaron positivamente, mientras la pesca, caza y captura y aprovechamiento forestal estuvieron en declive.
HAY QUE CRECER AL MENOS 3.8% LO QUE RESTA DEL AÑO
Aunque la actividad económica de México trazó un panorama más alentador en los últimos meses, aún falta alcanzar el potencial para conseguir la estimación que mantuvo la Secretaría de Hacienda de 2.7% para el 2014.
Para Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank, la cifra oficial va en línea con los acontecimientos positivos recientes, como el aumento de la industria mexicana de la construcción o la aceleración de la producción industrial de Estados Unidos.
Durante el tercer y cuarto trimestre se prevén crecimientos de 3.3 y 3.8, respectivamente, para alcanzar el pronóstico.
En ausencia de perturbaciones negativas que se registraron al principio de este año, los aumentos del PIB en la segunda parte del 2014 tendrían que regresar a tasas más parecidas al potencial de la economía mexicana (3.7%), aseveró el especialista.