Clima de negocios y oportunidad
Fuente: El Universal.
21 de mayo 2014
Rogelio Ramírez de la O
El principal reto para el país y su economía, aun con reformas importantes ya aprobadas, es la recuperación de la confianza de productores y consumidores.
De la confianza depende que haya inversión y que las familias decidan aumentar su gasto. Para que las empresas aumenten su inversión, deben confiar en que habrá compradores para sus productos y que obtendrán utilidades. Para las familias, aumentar el gasto depende de que sus ingresos por trabajo aumenten y las oportunidades de empleo mejoren. Esta es la liga entre la confianza y economía.
Las encuestas del Inegi muestran un problema de confianza. Una explicación es que las expectativas estuvieron desbordadas al inicio del gobierno. Los índices de confianza de consumidores y productores llegaron en enero de 2013 a su punto más alto, justo después del cambio de gobierno. Desde entonces han caído a un nivel bajo en febrero y se han recuperado muy poco.
Para muchos, especialmente para los organismos internacionales y los empresarios más importantes, la agenda de reformas en las que se concentró el gobierno es esencial para sus perspectivas. Pero aun así, para la gran mayoría de empresas menos grandes y de consumidores, el crecimiento de corto plazo es más importante.
Para los productores y consumidores nacionales la desaceleración económica se tornó en desánimo desde la primavera de 2013. Los extranjeros, en cambio, no han tenido un cambio tan radical en su nivel de confianza o interés en México.
Hay varias causas. La primera es que los extranjeros ven a México en el conjunto actual de países emergentes, dentro de los cuales sale mejor librado que Brasil, Turquía, Indonesia o Argentina. Una razón es que México no creció tanto como esos países, por lo que no tenía mucha altura desde la cual caer.
Otra razón es que el gobierno saliente dejó malos sentimientos en varios gobiernos de otros países y una mala imagen por su guerra contra el crimen, en tanto que este gobierno, aun con un problema de inseguridad, concentró su mensaje en las reformas.
Una tercera causa es que hasta ahora los extranjeros han hecho un análisis del potencial de México un tanto preliminar. Este se basa en la agenda de reformas, sin entrar en detalles sobre la debilidad del mercado, el retraso de la cobranza, o lo que se observa en las negociaciones en el Congreso sobre leyes secundarias, las cuales han generado incertidumbre.
Al final habrá convergencia entre la confianza extranjera y la nacional. Para el crecimiento es esencial que se recupere la confianza nacional y mejore el clima de negocios. Las reformas han reclamado al gobierno tiempo y energía preciosos, los cuales no han resultado en este clima.
Una acción que corregiría la visión hoy pesimista de que las reformas no impactarán el crecimiento en varios años, sería bajar los precios de la energía sustancialmente, aun si se tuvieran que financiar con reducciones al gasto burocrático. Esta sería un choque positivo que podría mejorar la confianza.
Otro tema que debe atenderse es que la ventana de oportunidad dada por la sobre-abundante liquidez internacional se ha comenzado a cerrar y lo más probable es que en dos años haya tasas de interés mayores a las actuales. Siempre ha sido necesario, y ahora lo es más, acelerar varios proyectos de inversión para intentar financiarlos todavía con bajas tasas de interés.
Un riesgo económico de que la recuperación se retrase demasiado es que, una vez que se reafirme la expectativa de alza de intereses globales, este tema dominará casi a cualquier otro en el mercado, retrasando así la inversión.
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