Ahondando el fracaso económico
Por: Roy Lavcevic*
“Mientras hagas lo mismo, no esperes resultados distintos”… y al parecer eso es lo que no comprenden los tecnócratas e ideólogos de nuestra política económica.
En su momento se hizo un cambio radical augurando progreso económico basado en la teoría de académicos y una ideología que afirmaba que el mercado y su mano invisible serían la solución. 20 años después de la punta de lanza de esta política (TLCAN) los resultados han sido contundentes; 2.4% de crecimiento promedio, de los más bajos de Latinoamérica, y 55 millones de personas aun en pobreza son el resultado de esta política económica. A pesar del evidente fracaso se sigue profundizando y perpetuando esta política, entonces ¿Por qué tendríamos resultados diferentes si se sigue haciendo lo mismo? Es cierto que hay sectores ganadores pero son los menos o contadas excepciones. Sostienen que el beneficiado es el consumidor, pero ¿Sin trabajo con que ingreso se puede consumir? Que los precios son competitivos, pero ¿Qué con los precios de servicios monopólicos y competencia interna? (energéticos, carreteras, telefonía, cemento, puertos, etc.).
Esta política ha generado una desintegración de las cadenas productivas del país, ha dado pie a una economía maquilera de bajo valor agregado. Se presume del alto nivel de exportaciones sin embargo no se cuestiona las importaciones en igual magnitud. En términos netos tenemos un déficit, eso no contribuye al crecimiento. El superávit comercial con América del Norte se esfuma por el déficit con Asia, todo lo que exportamos lo hacemos con insumos importados, no se produce en Mexico, solo se maquila. Tan solo el déficit que se tiene con Asia ha costado al país aproximadamente 1 millón de empleos.
Ahora se desea ahondar esta situación con el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), un acuerdo cuyos detalles se han mantenido ocultos y muchos dudan de sus beneficios, así lo manifestaron Stiglitz y Krugman, ambos premios Nobel en Economía, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, la mexicana Alicia Bárcena y muchos otros más entre académicos, economistas, analistas y expertos en la materia.
Desde luego no es viable volver a una economía cerrada y permanecer aislados pero si es necesario aplicar una política pragmática; una apertura selectiva pensada en lo que conviene y necesita el país, maximizando sus potencialidades y evitando exponer sus debilidades, ese es el éxito económico de muchos países asiáticos. Si la solución fuese firmar tratados y hacer reformas en papel, hace mucho hubiésemos solucionado nuestros problemas. La paranoia que padecen nuestros ideólogos económicos por los tratados de libre comercio basados en un dogma fallido es la causa de este fracaso económico.
*El autor es economista con maestría en finanzas y colabora con ANEI, A.C.
