4 gráficos que muestran por qué el PIB de México resentirá tanto la crisis económica del Covid-19
Las características económicas, laborales, sociales y hasta educativas de México juegan un papel importante en la resiliencia a la crisis global y en su capacidad para recuperarse. De acuerdo con la OCDE, México será una de las seis economías más golpeadas por la crisis.
México será una de las economías con la caída de su Producto Interno Bruto (PIB) más pronunciada entre los países de la OCDE, el club de los mercados más dinámicos y avanzados del mundo. De acuerdo con un reciente informe de esa organización, el PIB de México sufrirá una contracción de 9.2% en 2020 como consecuencia de la crisis del Covid-19, sólo superada por los PIB de España (-11.6%), Sudáfrica (-11.5%), Reino Unido (-11.2%), Grecia (-10.0%) e India (9.9%).
Las características económicas, laborales, sociales y culturales de México juegan un papel importante en las proyecciones negativas: por un lado, entorpecen su resiliencia a la crisis global y, por otro lado, merman su capacidad de recuperación. Distintas instituciones internacionales han señalado que la mexicana será una de las economías que enfrentarán una recuperación más lenta tras la pandemia.
1. Desigualdad persistente
A pesar de que México se encuentra entre los países con el PIB nacional más alto a escala global, la riqueza no está distribuida de forma equitativa entre la población. El Coeficiente de Gini, que mide la polarización del ingreso en una escala del 0 al 1 en donde la cercanía al 1 implica mayor desigualdad, se ubica en 0.458, uno de los más altos entre los países de la OCDE. Esta misma situación de altos niveles de desigualdad social la enfrentan India y Sudáfrica; situación que explica, en gran medida, por qué sus economías también enfrentarán las contracciones más pronunciadas.
En México, de acuerdo con la base de datos de la OCDE, el 20% de los más ricos en México ingresan hasta 10.3 veces más de lo que ingresa el 20% de los más pobres. Dato que se agudiza si se consideran las cifras nacionales del Inegi: la ENIGH 2018 (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) reflejó que el decil más rico tiene ingresos 18 veces mayores que el decil más pobre.
2. Brecha educativa
La desigualdad estructural se observa como espejo en todos los ámbitos de la población y juega un papel importante en la capacidad de las economías para resistir a las crisis. En México, por ejemplo, en el 10% más rico de los mexicanos sólo 3 de cada 100 presentan rezago educativo mientras que en el 10% de los más pobres la proporción es de 31 por cada 100, de acuerdo con cifras del Inegi.
Además de ser desigual, el nivel educativo nacional también es uno de los más bajos del grupo de la OCDE y de los países del G-20. El gasto público destinado a la educación en México es de 4.5% del PIB nacional y, de acuerdo con cifras de la organización, sólo el 29% de la población en edad de escolaridad regular tiene estudios superiores o medios superiores; el 70% restante queda sólo en la educación secundaria.
3. Desprotección social y trabajo vulnerable
México tiene, además, un nivel bajo de relación educación-trabajo respecto de la media de la organización y el resto de los países miembros. Esta situación también implica que quienes acceden a la educación terciaria (desde preparatoria hasta cualquier grado de estudios profesionales) tienen complicaciones a la hora de integrarse al mercado laboral.
En el país hay una gran cantidad de trabajadores con estudios profesionales laborando en plazas de baja cualificación, con ingresos bajos o sin acceso a prestaciones sociales. Poco más de la mitad del total de ocupados se encuentra en la informalidad, de acuerdo con la ENOE (Encuesta nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi y, según los análisis de la OCDE, una cuarta parte de los trabajadores no están remunerados o son trabajadores autónomos. Adicionalmente, sólo el 50% de la población mexicana, al menos, está cubierta por algún programa de protección social.
4. Gran peso de los servicios en la economía
Otra problemática que enfrenta la economía mexicana ante la crisis del Covid-19 es la alta dependencia de su producto total nacional en pocas actividades, y especialmente, las que han sufrido un mayor impacto por las restricciones sanitarias: el comercio y los servicios.
El PIB de México se compone en casi 65% por la generación dentro de los servicios y el comercio, en estas actividades se encuentra el turismo, la industria del entretenimiento, la cultura y la venta mayorista y minorista de mercancías y servicios, sectores que todavía permanecen cerrados u operando de manera restringida por la persistencia de los contagios, las hospitalizaciones y los decesos por la Covid-19. Esta misma problemática enfrentan España, Grecia y el Reino Unido, otras de las economías que experimentarán las contracciones más agresivas del PIB.