México carece de política de emprendimiento
Escrito por Angélica Pineda el 22 Sep 2015
Eliminar burocracia, mostrar confianza al emprendedor y movilizar los recursos disponibles, son recomendaciones del empresario para aprovechar el FNE.
En lo que va de la presente administración, el gobierno federal presume la creación del Inadem (Instituto Nacional del Emprendedor), la apertura de la Red de apoyo a este sector y la unificación de los instrumentos de financiamiento a pequeñas y medianas empresas (pymes), en el Fondo Nacional Emprendedor (FNE). Pero para Fernando Turner se trata de acciones de membrete carentes de resultados. Desde el punto de vista del empresario regiomontano, México carece de una política real de fomento al emprendimiento.
Turner tiene todas las credenciales para hablar sobre negocios: en casi medio siglo ha fundado 15 empresas, su compañía insignia, Katcon Global, opera en cinco continentes, tienen ocho plantas de autopartes en diversos países y centros de investigación en Estados Unidos, México, China y Luxemburgo, reseñan algunas publicaciones en las que ha colaborado el empresario.
Apóstol de la manufactura esbelta (lean manufacturing), el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes (ANEI) y posible miembro del gabinete del gobernador electo, Jaime Rodríguez “Bronco”, aboga por un gobierno más amigable con las pymes y los emprendedores, filosofía que impulsará en Nuevo León y, espera, permee a lo largo del país.
—¿Qué va hacer diferente Nuevo León en cuanto a emprendimiento?
Es tiempo que se reconozca el papel principal de los emprendedores en la creación de riqueza y bienestar de la población y no que se siga pensando que es el gobierno el que genera eso a través de sus programas y gasto.
Queremos que el emprendedor se sienta como lo que es, una especie de héroe en esta economía estancada, en la que el emprendimiento puede tener múltiples obstáculos para crearse, sobre todo el de los jóvenes y de las mujeres. En Nuevo León queremos que sientan que tienen el camino abierto y el apoyo del gobierno.
Vamos a establecer un mecanismo nuevo de avales a los emprendedores, muy parecido a lo que se hace en Estados Unidos, dar créditos en una forma rápida y sin tanta burocracia, y sin pensar que el emprendedor tiene un staff y conocimientos más fuertes que las grandes empresas. Las solicitudes de crédito son, muchas veces, tratados de finanzas complicados de llenar y eso dificulta mucho el acceso a financiamiento.
—Usted comenta que en el país no hay política de emprendimiento ¿en verdad no ve avances en este tema?
Realmente no, más que avances hay, digamos, membretes y organismos, pero los resultados son extremadamente pobres; si se hace una encuesta entre los jóvenes y emprendedores medianos y pequeños, hay una queja generalizada por la falta de recursos y de apoyo. Los únicos que dicen que estamos bien es la gente del gobierno que vive de administrar esos programas.
El costo de estos es enorme comparado con los montos que prestan, y eso se tiene que terminar, porque mientras no se entienda el papel del empresario y no se le vea como un árbol que hay que plantar, cuidar un tiempo y volver a plantar muchísimos más de estos árboles, la economía no puede crecer.
—Como experto en hacer más con menos ¿qué recomienda para optimizar el presupuesto del FNE, que es cada vez menor?
Lo primero es reducir la burocracia. De esos 7,000 millones de pesos que tiene el Fondo, una tercera parte se va a la burocracia que no genera valor. Eliminar burocracia, trabas, papeleo, estudios; creer un poco más en los emprendedores, utilizar un criterio más amigable, ellos no andan detrás de los fondos para ver si se los roban, los usan para plasmar un sueño, para desarrollar algo que tienen en su corazón y su cabeza, y en cambio se les trata como si anduvieran pidiendo dinero para robárselo.
No es así, es gente que invierte mucho más que el gobierno, invierte su tiempo, su dinero, su prestigio y muchas veces su familia por hacer algo, y a todos se les ve como si fueran personas ladronas, que no quieren trabajar.
Entonces, los primero es eliminar la burocracia y lo segundo es tener confianza y aprecio por lo que hacen los emprendedores. En México, la verdad es que los gobiernos de los últimos 30 años han sido enemigos del emprendedor, del innovador. Lo han obstaculizado, han dificultado el emprendimiento, junto con los monopolios del gobierno y los monopolios privados han hecho que este país esté estancado y eso hay que cambiarlo.
También hay que movilizar los fondos que existen fuera del gobierno. En Nuevo León no estamos hablando de darles fondos, sino garantías; un aval para que la banca privada, de una forma rápida para no meter al emprendedor en un suplicio de meses, pueda otorgarles dinero.
La banca tiene dinero y quiere prestar a las pymes, pero está atrapada en un sistema muy conservador de otorgamiento de créditos. Si se les quita ese problema, se van a poder movilizar esos recursos, eso es lo que vamos a hacer en Nuevo León.
Se trata de darle la garantía al emprendedor y es portable. Con ese aval o carta garantía, irá al banco que le ofrece las mejores condiciones. Como opera ahora es que Nacional Financiera (Nafinsa) da las garantías a los bancos y estos las aplican discrecionalmente a sus clientes, y muchas veces a créditos ya establecidos; el beneficio no llega a las empresas que más lo necesitan, que muchas veces son las que menos historial tienen, las que menos fortalezas tienen.
El aval en nuestro caso irá al emprendedor. Se tiene que analizar el riesgo del crédito, el dinero no se puede dar como si fuera barajitas, pero se analizará de una forma parametrizada, como lo hacen los seguros, éste cuesta en función del riesgo paramétrico de morirse, y en función de eso ponen la prima.
—Usted ha hecho observaciones sobre la falta de transparencia en las evaluaciones del FNE
Ese sistema de evaluadores es una verdadera lacra. Con todo respeto para ellos, no conocen de negocios, sabrán de ciencia, de tecnología; pero la empresa no está necesariamente para hacer ciencia o tecnología; la usa, pero está para generar riqueza. Ellos no son expertos en generar riqueza y muchas veces evalúan proyectos en función de un valor puramente teórico, científico, aunque ese no tenga viabilidad financiera o teórica.
El costo de esos evaluadores es enorme, no es culpa de ellos; los proyectos se los dan al azar. Muchas veces son iniciativas de las cuales no tienen la más mínima idea. Es costoso, es lento, no hay respuestas a las preguntas de uno; cada año se tiene que hacer aplicaciones a los fondos como si los negocios también fueran de temporal; no se puede invertir este año y al siguiente no, los negocios con esta discontinuidad quiebran y esos problemas existen porque la gente que maneja los programas no conoce qué es ser empresario, nunca lo han sido, nunca han pedido un crédito, nunca han estado detrás de un negocio y sus hijos tampoco, sus hijos están detrás de un puesto en el gobierno.
Por eso digo que no hay una política de emprendimiento, eso de que cada vez recortan el presupuesto en lugar de aumentarlo; con eso dicen claramente cómo ven esos recursos. Los consideran fondos perdidos, cuando son fondos de inversión. Sin una economía no está creciendo, lo que se necesita es invertir más, no invertir menos.
—Hay un llamado en el ecosistema para que los dueños de empresas grandes y familias de empresarios inviertan en startups ¿qué opina?
Es una buena idea y lo vamos a hacer en Nuevo León. Necesitamos que empresarios hagan más empresarios y necesitamos que el capital que haya en las ciudades, muchas veces ocioso, se invierta en proyectos de agronegocios, por ejemplo.
Que el gobierno arme todo el negocio, pero con la administración privada y se los deje a capitales privados, junto con los dueños de las parcelas y los agricultores. Esos modelos sí jalan, porque son modelos muy rentables, el concepto del nuevo gobierno de Nuevo León es ponerse en contacto con esa gente, y llevar capital al campo y a las empresas pequeñas y medianas.
—Ha comentado que no todas las empresas son escalables, ni pueden mirar hacia el mercado internacional ¿a qué se refiere con eso?
Los teóricos del emprendimiento están buscando empresas de superalta tecnología, que puedan ser mundiales y globales, pero eso viene con el tiempo. México no es Estados Unidos, aquí difícilmente se va a dar un Bill Gates o un Zuckerberg, no hay condiciones para ello.
Sé que es un pecado decir esto, pero aquí las condiciones son para poner negocios de mediana tecnología, de manufactura, que utilicen mucha mano de obra, mucha tecnología y con esa base sean competitivas y así van a llegar muy lejos.
A un bebé no se le enseña a correr, aquí se pretende que de entrada las empresas que nazcan tengan esa visión global, y pues amedrentan a la gente. Yo insisto que en México, poner un buen restaurante, un buen puesto de tacos, una fábrica de zapatos, es bueno. Todo eso genera valor, en Alemania o Japón no todas son de tecnología; la mayoría son de mediana tecnología. Aquí estamos un poquito al revés, por ello vamos a tratar de que en Nuevo León nos vaya un poquito mejor y predicar con el ejemplo