El PIB que se revelará este jueves
«No hay duda de que la tasa anual será inferior a la del primer trimestre, cuando la economía creció 2.5 por ciento.»
Fuente: elfinanciero.com.mx
Por Enrique Quintana
Pasado mañana el Inegi dará a conocer las cifras de la evolución del PIB en el segundo trimestre del año.
No hay duda de que la tasa anual será inferior a la del primer trimestre, cuando la economía creció 2.5 por ciento.
La más reciente encuesta del Banxico entre expertos del sector privado –que se dio a conocer el pasado 3 de agosto– promedia un 2.36 por ciento para el segundo trimestre.
En realidad, creo que la cifra va a ser algo más baja. Le explico.
Ya tenemos los datos del IGAE (que es una aproximación de un “PIB mensual”) de abril y mayo, y promedian para esos dos meses 1.79 por ciento.
Para que la cifra del trimestre fuera de 2.36 por ciento, se requeriría que el IGAE de junio hubiera crecido 3.5 por ciento, lo que no se ve viable.
La última ocasión que se creció a una tasa igual o superior a 3.5 anual fue en abril de 2013, por lo que no se ve alcanzable ahora.
Por esa razón, un crecimiento del PIB de 1.8 a 2.0 por ciento para el trimestre suena mucho más realista, implica un crecimiento del IGAE en junio que estaría entre 1.8 y 2.4 por ciento.
Ya sabemos ahora que en el segundo trimestre la industria apenas creció en 0.8 por ciento mientras que, por ejemplo, el comercio tiene tasas ligeramente superiores a 4.0 por ciento y los servicios privados no financieros tasas de 5.0 por ciento.
La resultante de una actividad industrial que ha frenado y el dinamismo que siguen mostrando el comercio y los servicios, es lo que seguramente nos va a dar un PIB cercano a 2.0 por ciento.
El resultado semestral podría encaminarse a 2.1 o 2.2 por ciento seguramente.
Sin duda es una tasa baja respecto a lo que necesitamos y aspiramos, pero no luce mal en el panorama internacional.
En Estados Unidos, la economía más dinámica del mundo industrializado, la tasa que se obtuvo (usando el método de medición contra el trimestre del año anterior, como lo hacemos en México) fue de 2.6 por ciento.
En Brasil, la economía más grande de América Latina, en el primer trimestre hubo una caída de 1.56 por ciento y probablemente se acentúe en el segundo, lo que ha incrementado el descontento social, según se vio en las movilizaciones del fin de semana.
En Argentina el crecimiento del primer trimestre fue de 1.1 por ciento; para Alemania, el país más dinámico de Europa occidental, el dato para el primer semestre completo fue de 1.3 por ciento. Japón prácticamente quedó en cero en el primer semestre.
La previsión del Banco de México para todo este año, con un rango de 1.7 a 2.5 por ciento, implica un crecimiento en el segundo semestre altamente incierto, que podría ubicarse en un rango desde 1.3 por ciento para su nivel más bajo, hasta 2.9 por ciento en el rango alto.
No lo expresó así el análisis que el Banco Central presentó la semana pasada, pero lo que nos dijo con sus cifras es que la panorámica sigue altamente incierta.
Si la economía norteamericana logra recuperarse en la última parte de este año y vuelve a jalar a las exportaciones de manufacturas, y si el mercado interno no se ve demasiado golpeado por la depreciación del dólar, podríamos estar en el escenario más optimista.
Si sucede lo opuesto, entonces el crecimiento del PIB en el segundo semestre estaría probablemente por debajo de 2.0 por ciento.