Piden profesionalizar firmas familiares
Fuente: El Norte.
Dayna Meré
Cd. de México, México (31 enero 2014).- En México, sólo 5 por ciento de las empresas familiares llegan a la tercera generación, debido a la falta de profesionalización de la compañía, a la confusión de roles entre sus miembros y a la ausencia de comunicación a la hora de dar solución a problemas.
Manuel Bermejo, experto en empresas familiares del IE Business School, explicó que otro gran error que cometen las empresas familiares que en su arranque fueron exitosas, es no colocar al frente de la firma a un líder emprendedor.
«Por lo general los fundadores de las empresas familiares son líderes emprendedores, pero a la hora de hacer el cambio de generación, no se preocupan por poner al frente a otro líder emprendedor, y ahí está un reto brutal de continuidad», señaló.
Ante esta situación, recomendó a las empresas familiares aplicar los cinco conceptos que inician con la letra «i»: inteligencia de mercado, innovación de productos y servicios; investigación y desarrollo; internacionalización, e institucionalización.
Para el especialista, las empresas familiares mexicanas tienen otro reto que es convertir a sus compañías en exportadoras de productos y servicios, como lo hacen por ejemplo las españolas.
De acuerdo con un estudio desarrollado por el IE Business School, en Europa 27 por ciento de las empresas que cotizan en Bolsa con más de 50 millones de euros de capitalización bursátil son familiares, aunque este porcentaje varía según el país.
Por ejemplo, Italia es el país donde la empresa familiar que cotiza en Bolsa tiene una mayor representación en comparación con la no familiar, con un 52 por ciento, seguida de Francia con 49.6 por ciento, y Portugal con 45.8 por ciento.
De acuerdo con el estudio La Creación de Valor en la Empresa Familiar Europea Cotizada (2001-2010), del IE Business School, la visión a largo plazo de los propietarios familiares en el caso de la empresa europea, les permite abordar la realización de inversiones con largos periodos de maduración, y aísla a las empresas familiares en cierta medida de los ajustes de empleo e inversión a lo largo de los ciclos.
«De hecho, estas empresas no sólo han creado más puestos de trabajo en el periodo analizado, sino que además han actuado como un seguro, al mantener e incluso crear puestos de trabajo a pesar de la caída de las ventas en las fases de desaceleración económica.
«La existencia de este ‘seguro implícito’ podría explicar la mayor productividad laboral y el menor coste salarial de las empresas familiares», destaca el documento.